Las especies invasoras amenazan las zonas verdes de A Coruña más emblemáticas

El Ayuntamiento trata de frenar el ataque del picudo en las palmeras, sobre todo en Méndez Núñez
Las especies invasoras amenazan las zonas verdes de A Coruña más emblemáticas
Operarios municipales tratan las palmeras de La Rosaleda | Quintana

Lara Fernández / Abel Peña

 

La naturaleza se ve amenazada de forma constante. En verano, los incendios se llevan toda la atención del público, pero existe otro tipo de peligro, en este caso en el casco urbano, que actúa lentamente y que pasa desapercibida hasta que ya es demasiado tarde. Algunas de las zonas verdes de A Coruña, pese a la llegada de la primavera, no lucen en todo su esplendor. Los culpables no son otros que la grafiosis y el picudo rojo. El Ayuntamiento combate estas plagas, tratando de frenar su avance en los palmerales y olmos de zonas como los jardines de Méndez Núñez y el jardín de San Carlos, pero este último lleva cerrado al público desde hace once meses y no hay fecha prevista de apertura.


El Gobierno local anunció este lunes la activación de un nuevo protocolo de actuación para limitar el impacto del picudo rojo en las palmeras, una iniciativa con la que busca salvaguardar los ejemplares existentes frente a esta especie invasora originaria de Asia. Este tratamiento preventivo, que comenzó a aplicarse el propio lunes, aterrizó ayer en La Rosaleda, donde se cortó el acceso al público. Se ‘vacunarán’, en total, 85 palmeras, repartidas entre los jardines de Méndez Núñez (70), el entorno de las calles de Santa Lucía y Cabana (8), el cementerio de San Amaro (4), As Atochas (2) y también en el ejemplar situado en el acceso al callejón de la Estacada, que está afectado por este insecto. 


El plan de trabajo establecido por el Gobierno municipal establece que estas 85 palmeras recibirán un tratamiento fitosanitario con acetamiprid, con dos líneas de acción: la primera, la inyección del líquido en el tronco de las palmeras, a aproximadamente dos metros por debajo de la balona (el abultamiento de donde salen las palmas); la segunda, dentro de quince días,  una ducha no presurizada de acetamiprid sobre el ojo de los ejemplares, una medida clave para su integridad, ya que se trata del corazón de la planta.


Este procedimiento se repetirá nuevamente al comienzo de la temporada estival, en el mes de junio, con el objetivo de proteger las palmeras a lo largo del verano, ya que es el periodo en el que más se incrementa la actividad del picudo rojo. El Ayuntamiento recuerda que lleva tratando las palmeras de la urbe desde el año 2017, cuando el picudo atacó por primera vez.  El tratamiento de acetamiprid, no obstante, se aplica ahora por primera vez en A Coruña, con el fin de contar con un fitosanitario más efectivo que los que se aplicaban hasta la fecha. No solo tiene carácter preventivo, sino que también sirve para eliminar los insectos cuando ya están presentes en las palmeras.

 

Talas

Entre octubre y noviembre del año pasado fueron más de veinte palmeras las que desaparecieron del patrimonio arbóreo de la ciudad y, según expertos consultados, su proliferación es imparable. Fuentes municipales aseguran que, si hace siete años había 900 ejemplares públicos, ahora hay un 10% menos. Es decir, el 90% de las palmeras resisten. Los datos aportados excluyen las que se encuentran en propiedades y jardines privados. “Hacemos también un llamamiento a todos aquellos particulares que tienen palmeras infectadas, a que actúen con toda la celeridad con las talas para evitar la transmisión de plaga a otros ejemplares”, añade el Gobierno municipal. 

 

Precisamente a finales de 2023 la dirección del Colegio Compañía de María pidió permiso para iniciar las obras de poda y tala de las moribundas palmeras que adornaban el recinto, ante el peligro que suponía para la comunidad escolar que sus hojas cayesen al suelo. Se trata de un ejemplo de tantos otros, como es el caso del hospital Oncológico, que también eliminó de su entorno varios ejemplares, para evitar la propagación del escarabajo asiático, y por motivos de seguridad. Pero si el picudo rojo está devorando los palmerales, la grafiosis (un hongo) hace lo mismo con las olmedas. Y A Coruña cuenta con una histórica, en San Carlos.

 

Cerrado por cuarentena

Hace ya cerca de un año que este jardín histórico, de paso obligado para los turistas británicos por acoger la tumba del general sir John Moore, está cerrado. El Ayuntamiento no ha aclarado su estado actual, pero en este tiempo ha sido necesario talar varios olmos. El Ayuntamiento anunció su intención de sustituir los ejemplares muertos por otros resistentes a la plaga. Sin embargo, no se ha anunciado una fecha para la reapertura del jardín. 


Parte del problema es que los árboles están interconectados por las raíces, de manera que la enfermedad se puede estar propagando. Por lo menos once de los 19 árboles ya han caído enfermos y los pronósticos no son halagüeños como el resto. Aunque se planteó la posibilidad de cavar trincheras para separar a los árboles, no se tienen constancia de esos trabajos. Lo que sí se sabe es que la primavera no ha llegado a san Carlos. 

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