Poder expresar cara a cara el sentir del barrio y percibir no solamente interés sino también voluntad de entendimiento es la forma de comunicación soñada para cualquier asociación de vecinos, que en este caso se hizo realidad en Novo Mesoiro. La reunión de la alcaldesa Inés Rey y el concejal de Urbanismo Francisco Díaz Gallego con el presidente vecinal Víctor Lamela dejó un regusto inesperadamente agradable entre los residentes.
Nada de lo sucedido en Novo Mesoiro tuvo que ver con una reunión al uso entre vecinos y políticos, empezando por el escenario: las mesas de la pizzería A de Maruja como distendido despacho. Ayudó el tono a que el presidente Víctor Lamela fuese sirviendo temas como si de un catering se tratase. Ni la regidora ni el edil fueron alérgicos al menú de casi tres horas.
Menú degustación
Por su extensión y la corta digestión de cada tema se pareció más a una degustación. El viejo anhelo de una biblioteca como entrante, con la posible ubicación de la misma como respuesta asentó las bases del entendimiento. Surgió como alternativa por parte del Ayuntamiento que el edificio sea en realidad una segunda planta del centro cívico.
Por alusiones en redes sociales e incidencias recientes el plato estrella no podía ser otro que la línea 21 y su optimización, además de la potencial creación de una línea alternativa, a modo de 21A, que deja en el olvido frecuencias de entre 20 minutos y media hora, solo para poder llegar al centro de la ciudad. En ese particular, la comitiva de Rey-Díaz calificó de “viable”, según palabras de los vecinos, esa idea, aunque no con la concesión actual.
De forma más realista, los vecinos solicitaron un cuarto bus, que mantenga constante el flujo de la línea 21 actual. “Nos trasladaron que la concesión se remonta a 1980, y que entonces muchos barrios actuales no existen”, dicen. “Por lo menos, nos consta que en el Ayuntamiento sí son conscientes de lo mucho que cuesta desplazarse desde Novo Mesoiro”, prosiguen.
Con más agilidad desfiló la larga lista de postres en forma de temas, en las que el entendimiento y la conversación estructurada en un “este es el problema-miramos la solución” fueron habituales. Las deficiencias en el recién inaugurado Corredor Verde, así como en la anhelada pista de patinaje, o los problemas en el aparcamiento del alto de Novo Mesoiro se unieron a los clásicos del estado de las aceras, el mantenimiento de los jardines o la llegada de nuevas papeleras para los parques infantiles.
Finalizadas la exposición y asimilación de temas, tanto Rey como Díaz Gallego pidieron un mes para dar respuestas.