La concejala socialista de Medio Ambiente, Esther Fontán, no figura en la lista que la alcaldesa, Inés Rey, ha presentado a estas elecciones para revalidar su cargo. Pero no se despide de la vida política, y seguirá participando en el tejido asociativo y vecinal en su barrio, Los Rosales. Fontán agradece sobre todo la experiencia a su equipo de Medio Ambiente, cuya profesionalidad elogia.
¿Con qué sensación se va?
Es una sensación contradictoria. Por un lado, el deber cumplido (porque he tenido un nivel de ejecución presupuestaria por encima del 85%). Partimos de un -10 y sitúo mi gestión en un seis. No he tenido personal ni presupuesto ni me he sentido apoyada en los proyectos que quería iniciar.
Eva Martínez (exconcejala de Empleo) fue cesada, Juan Díaz Villoslada (exconcejal de Urbanismo) dimitió ¿Son casos parecidos?
No. En lo de Eva pesó lo interno, como partido, más que la gestión, porque ella había apoyado a otro candidato. Los proyectos de Villoslada estaban parados, y eso tiene que ser frustrante, yo estaba centrada en el día a día. Sentíamos falta de medios y apoyo.
Usted apoyó a Inés Rey cuando se presentó por primera vez ¿Por qué este distanciamiento?
Llevo 40 años en mi partido y antes discrepábamos, pero las minorías se integraban. Ahora nos dijeron: “El que no está de acuerdo, ahí está la puerta”. Reclamamos en la asamblea electoral nuestro derecho a hablar y no nos dejaron, como sí hicieron en 2019.
¿Qué cambió desde entonces?
No lo sé, lo de Villoslada y lo mío no tiene explicación. Llevo trabajando con Inés Rey muchos años, me consideraba su amiga y ambos trabajábamos lealmente. Pero fueron apartándonos del núcleo de la Alcaldía.
¿Pensó en dimitir?
Nunca tuve la intención de abandonar, jamás, por responsabilidad. Se me dio la oportunidad de ser concejala, estoy agradecida por la experiencia y eso ha tapado los momentos más difíciles.
¿Como cuáles?
Ha habido muchos. En lo político y en lo personal, con la gestión del covid. Medio Ambiente lo dio todo. Fuimos los responsables de desinfectar toda la ciudad: plazas, mercados, entornos de residencias, tuvimos que inventarnos el control de playas... Fue un proceso muy duro. Teníamos a los trabajadores más expuestos y cada día preguntaba cuántos habían caído. Prácticamente el 100% pasó por el covid.
¿Qué más destacaría?
Puede haber la sensación de que Medio Ambiente ha fracasado en muchas aspectos, pero una encuesta de la OCU dice que ahora que la ciudad está mucho más limpia que hace cuatro años. Ayer mismo nos llamaban desde Barcelona para conocer el proyecto de la Oficina Virtual del Grafiti, que nació en estos cuatro años. Quiero agradecer a los artistas urbanos su implicación.
¿Qué más habría hecho?
Me hubiera gustado poder llegar al punto de retirar los carteles de las paredes. En un mundo digital, no tienen sentido. Y una limpieza intensiva zona bien planificada. No hemos podido, y no porque no tuviéramos el proyecto.
¿Por qué, entonces?
Hubo cuatro huelgas, y luego otra ‘no-huelga’ en la que se quemaron camiones. Echar a andar los contratos de recogida de limpieza y recogida no fue sencillo, porque no redactamos los pliegos y si los hubiéramos diseñado, el sistema habría sido diferente.
No se ha licitado tampoco el contrato de la planta de Nostián.
Es la otra gran acusación que se me hace. Los pliegos que dejó la Marea no solucionaban el problema del destino de los rechazos y que nadie olvide que esta concejala toma posesión se encuentra con más de 5.000 toneladas de rechazos en Nostián porque la Xunta no nos dejaba usar el vertedero de Irixoa. Me pasé mi primer verano buscando una alternativa. Cuando la encontré, en septiembre, ya teníamos 11.000 toneladas. A renglón seguido, se termina el contrato y Albada (la concesionaria) se niega a tratar la basura del Consorcio As Mariñas y se decidió la intervención de la planta.
¿Cómo explica que se anunciara el cambio de modelo de contenedores, de húmedo-seco a tres (añadir el de envases ligeros) y que ahora se dé marcha atrás?
Se retomó la revisión de los pliegos con un encargo a una ingeniería. Se les dijo muy claro que queríamos mantener el modelo pero surgió a ley 7/22 y hubo que reinventarlo. En junio del 22 fui al Miteco para presentar una explicación de por qué queríamos mantenerlo y nada hacía prever que se incluyese el tercer contenedor.
Hasta noviembre de 2022.
Ahí fue hablar con la conselleira de Medio Ambiente. Nos dijo que no íbamos a cumplir con la nueva ley y yo recordé que tampoco la Xunta cumple con los estándares solicitados por el Miteco. Desde Contratación (que dirige José Manuel Lage) se decide pasar al modelo de tercer contenedor. El consorcio protestó y hubo un acuerdo plenario para pedir la excepcionalidad. Ayer se envió el documento técnico con la que la solicitaremos tanto a la Alcaldía consorcio y me llena de una profunda satisfacción, porque demuestra que yo tenía razón.