Una evaluación completa con estudiantes viajando en bus urbano entre Novo Mesoiro y a A Sardiñeira

Una evaluación completa con estudiantes viajando en bus urbano entre Novo Mesoiro y a A Sardiñeira
El IES A Sardiñeira, donde 25 familias de Novo Mesoiro carecen de transporte gratuito | Javier Alborés

El largo compás de espera de las 25 familias residentes en Novo Mesoiro y perdidas en el limbo burocrático se ha llevado por delante incluso a una de sus principales protagonistas. Y es que Saray Benito, hasta ahora presidenta del AMPA del IES A Sardiñeira, ha tenido que dar un paso a un lado por motivos personales. Lo ha hecho sin ver avance alguno en la reivindicación para que los alumnos de Secundaria que se trasladan desde Novo Mesoiro al centro tengan acceso al transporte público gratuito y universal del que gozan todos los estudiantes gallegos. 


Finalizada la primera evaluación, después de que la pasada semana se produjese la reunión de profesores sobre la misma, el problema no divisa solución en la lontananza. De hecho, todos los pasos parecen estancados: la Xunta de Galicia dio como última respuesta que el centro adscrito para los residentes en Novo Mesoiro es el IES Elviña, pero éste está al límite su capacidad y es precisamente por eso por lo que muchos han elegido A Sardiñeira. Así lo recuerda la portavoz de una de las 25 familias afectadas: “Todas las conversaciones llevan al mismo camino por parte de la Xunta: que el colegio adscrito es Elviña, pero es que allí, y a pesar de la reciente ampliación, todas las familias nos transmiten que las aulas son insuficientes”. 
 

Cuatro meses de gastos

Hace poco se celebró una nueva reunión de la directora del IES A Sardiñeira con el AMPA, cuya presidenta pasa ahora a ser la hasta ahora vicepresidenta María Concepción Alonso. De momento, y mientras se mantiene el compás de espera, son ya casi cuatro meses de idas y venidas de niños de entre 11 y 15 años en transporte público, además de una caminata de más de 20 minutos entre la parada de Salgado Torres y su centro escolar. “Es un gasto que hay que hacer todos los días; los niños no faltan nunca a clase, porque se juegan expedientes, pero los martes los que tienen la suerte de tener familia en la zona comen allí, y sino los padres tienen que pagarles la comida, porque no tienen tiempo de volver a casa”, recuerda una madre
 

Lejos de aliviarse, la situación amenaza con convertirse en un problema creciente con el paso de los años, toda vez que la pirámide poblacional de A Coruña apunta a Novo Mesoiro como el barrio más joven de la ciudad y allí no existe todavía proyecto para la construcción un centro de Secundaria.

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