A las siete y media de la tarde, una explosión sacudió la sexta venida de Pocomaco. Al lugar, situado cerca de la Tercera Ronda y junto a la cervecería Sampaio acudieron los Bomberos, solo para descubrir que se había venido abajo la fachada. Mientras estaban actuando, acudió un joven que confesó ser responsable de los hechos: se había olvidado un cargador de mecheros entre la ropa que había introducido en la secadora. 

El contenedor de gas a presión había estallado con el calor provocando el estallido que había causado graves daños. Afortunadamente, no había nadie en el local en el momento de la explosión, que tampoco produjo llamas, aunque destrozó por completo la secadora. La actuación de los bomberos se limitó a retirar los trozos de cristal y azulejos que colgaban de la fachada y a precintar el lugar. También acudió la Policía Nacional y Local, así como muchos curiosos.