Comienza un año decisivo para la familia de Diego Bello; un año en el que podría hacerse justicia si se logra detener a los policías filipinos en busca y captura acusados de haber asesinado al coruñés Diego Bello en 2020. Los allegados al joven anuncian que pedirán una entrevista con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “a ver si su mediación hace posible que se avance, ya que el Congreso y el Senado aprobaron proposiciones no de ley pidiéndole que exija a Filipinas que detenga a los acusados y evite su fuga”, relata el tío de Diego, Francisco Lafuente.

Además, la familia prepara junto al bufete filipino de abogados varias peticiones para que se incrementen los medios de búsqueda y captura de los tres policías acusados y ahora prófugos de la Justicia desde marzo del pasado año.

Obstrucción a la Justicia

Los imputados en el caso del joven, fallecido en la isla filipina de Siargao en 2020 a manos de la policía, siguen en paradero desconocido. El capitán Vicente Panuelos y los sargentos Ronel Azarcón y Nido Boy Esmeralda tendrían que haber sido detenidos tras la orden decretada por el juez el 25 de marzo, pero se dieron a la fuga.

La familia Bello, que el pasado 20 de septiembre se reunió con el cónsul filipino en la Embajada de Madrid, considera más que evidente que “el Gobierno de Filipinas es sabedor de esta obstrucción a la Justicia por parte de su Policía y no ha hecho nada para que se cumpla la resolución judicial a pesar de que han pasado seis meses desde la orden de arresto. Por lo tanto, entendemos que tanto la Policía como el Gobierno están obstruyendo e intentando retrasar el cumplimiento de las decisiones judiciales”. 

Hace cuatro meses que la directora ejecutiva de la Comisión de Derechos Humanos, Caroline de Guia, criticó la “lentitud” de la Policía en la captura de los acusados.