Va camino de las dos décadas el legado de Fernando Rubín (A Coruña, 1950) al frente de la asociación vecinal que abarca la zona de San Pablo, plaza de Pontevedra, San Andrés, paseo de los Puentes y Ciudad Jardín. Le acomparán en la nueva etapa Roberto Fernández, vicepresidente, Ángel Soto, vicepresidente segundo, Roberto Vázquez, tesorero, Javier Díaz, secretario, así como el vocal Ricardo Vilariño.
¿De dónde saca la motivación?
Tengo muchas más fuerzas que en 2007. Hay una ciudadanía que merece respuesta por parte del Ayuntamiento. Que les entre en la cabeza que no nos eligen a nosotros, sino que somos nosotros los que los hemos votado a ellos y están obligados a darnos respuesta. Estamos viendo el claro ejemplo en Monte Alto. Que tenga que intervenir la UIP en un piso de narcotraficantes es una vergüenza. .
¿Cómo presenta a su directiva?
Son gente muy bien relacionada y vamos a tener reuniones importantes para aunar a comerciantes, hosteleros y vecinos. Queremos tratar la inseguridad y el abandono del mantenimiento, cuidado y señalización.
¿En qué ha cambiado el movimiento vecinal en estos años?
Afortunadamente somos cada vez más reivindicativos: tanto el distrito Picasso, como los comerciantes de Monte Alto o nosotros vamos a pedirle al Ayuntamiento más seguridad en los barrios. Antiguamente se veía a una pareja de policías a menudo por las calles. Ahora no los veo por ningún lado. .
¿Cuáles son sus prioridades?
Seguridad ciudadana, mantenimiento de las calles y preocupación. No se puede pagar a un personal de mantenimiento sin que exista ese mantenimiento. En concreto hablamos de cosas como el tráfico de niños con patinetes y gente mayor en la plaza de Pontevedra. Un día va a haber un grave accidente. Además, también lamentamos la escasa luminosidad y las losetas levantadas por todo el entorno. Es una mezcla peligrosa, y cada vez creemos que va a más.
¿Qué han logrado en estos 17 años?
La principal carencia, y me remonto a la etapa de Francisco Vázquez, es que sigamos sin un centro cívico. Somos la asociación con más asociados, un total de 327, y seguimos sin un centro cívico. Somos la población más envejecida y no tenemos un centro para actividades para enseñar a los mayores cómo pedir cita previa en los centros de salud, en los bancos o a manejar un móvil. Pedimos un local vacío desde hace tres años, pero la vamos a palmar antes de que salgan las famosas licencias.