El ministro filipino de Justicia, Jesus Remulla, promete un “juicio justo” a los tres policías sospechosos de matar al coruñés Diego Bello, que se entregaron ante las autoridades tras casi un año en paradero desconocido, a pesar de la “trascendencia internacional” que ha adquirido el caso.
En un comunicado, Remulla indicó que los tres acusados se rindieron de manera conjunta y voluntaria el pasado día 9 en la sede del poder Judicial, en Manila. El capitán Vicente Panuelos y los sargentos Ronel Azarcón Pazos y Nido Boy Esmeralda, sobre los que pesaba una orden de búsqueda y captura cursada el 25 de marzo de 2022 por el asesinato de Bello en enero de 2020 en la isla sureña de Siargao. Remulla, reza el comunicado fechado el lunes, informó a los acusados de la relevancia internacional que el caso ha despertado y les aseguró un juicio “basado puramente en evidencias”. La primera audiencia del juicio se celebrará el 1 de marzo de manera telemática.
El tío del coruñés fallecido, Francisco Lafuente, defiende el hecho de que se celebre un juicio justo en el que las partes puedan presentar sus pruebas. “Nunca pedimos nada de favor, solo que se proceda conforme a la ley filipina y haya un veredicto”, explica.
Sin embargo, tras el comunicado de Remulla, a la familia le habría gustado que “se pronunciase antes sobre la falta de información del paradero de los tres policías durante casi un año; que explicase si hubo pistas durante este tiempo y qué razones han dado para entregarse ahora”, añade Lafuente.