Todo ha estado muy tranquilo en As Xubias en los últimos meses, pero la vida no ha sido la misma en el antiguo núcleo pesquero desde que se dio a conocer, en julio del año pasado, que un fondo suizo llamado Ginkgo Advisor tenía pensado desarrollar el planeamiento de la zona y construir viviendas a orillas de la ría. Ginkgo había estado adquiriendo propiedades durante meses a través de una empresa, Castro de Oza, un proceso que da por concluido, ahora que posee el 82% del terreno edificable.
Ya entonces, Ginkgo afirmaba poseer cerca de 25.000 metros cuadrados de suelo en la zona, contando con las viejas instalaciones de Astilleros Valiña en las 32 parcelas. En todo este tiempo, los vecinos de la zona aseguran que han sido contactados con ofertas para adquirir sus propiedades pero son varios propietarios los que han rechazado reiteradamente todas las proposiciones. Otro motivo para detener la compra es que la empresa ha consumido el presupuesto que tenía previsto y que en algunos casos, ni siquiera han podido localizar a los herederos de las propiedades, algunas de las cuales estaban en ruinas o en un estado lamentable.
La negativa de una parte de los vecinos a vender se entiende porque, la mayoría de ellos son naturales de As Xubias de Abaixo, y mantienen fuertes lazos con el lugar a pesar de que solo una parte reside allí. Muchos sienten recelo de que sea un fondo suizo y no el Ayuntamiento el que lleve el planeamiento de un núcleo protegido, a pesar de los esfuerzos de Ginkgo para disipar sus dudas sobre el proyecto. Pero esto no cambia el hecho de que Castro de Oza es ya propietaria de 48 parcelas.
No hay que olvidar que el Ayuntamiento firmó un convenio con Ginkgo el 30 de julio, poco después de que se diera a conocer públicamente la operación, presentada como la regeneración de una zona degradada del litoral. Es una actuación en la que Ginkgo tiene experiencia, puesto que la ha realizado en otras ciudades españolas, como en la antigua zona industrial de Málaga, La Térmica, para construir un polígono residencial. Como garantía de que no se trata de una simple operación urbanística, sino de una verdadera regeneración, han contratado a un arquitecto de prestigio, David Chipperfield, que en estos momentos elabora el proyecto.
En el convenio figuran planes de expropiación. La más importante (y polémica) es la del pazo de Guyatt, también conocido como el pazo del inglés, y que hace años que el Ayuntamiento se plantea expropiar para dedicarlo a equipamiento público. Sin embargo, la resistencia de sus dueños, y el hecho de que se trate de un edificio histórico protegido, ha frenado hasta la fecha cualquier desarrollo. Ahora ha trascendido que se plantea ubicar allí un centro de investigación biomarina, aunque en principio no es más que una idea, puesto que el convenio se encuentra todavía en fase embrionaria y ni siquiera se ha aprobado definitivamente.
Sobre este particular, el propietario, Charles Guyatt, señala que no ha recibido ninguna llamada al respecto. “Venden cualquier iniciativa, proyecto o intención como algo digno de ser magnificado aunque sea el atropello más descabellado”, se lamenta, al tiempo que recuerda que el pazo lleva 40 años “de acoso y derribo”.
El convenio tendrá que ser ratificado en pleno, y como el Gobierno de Inés Rey se encuentra en minoría, necesitará el apoyo del PP o del BNG. Ambos partidos han expresado sus reservas ante una operación inmobiliaria inédita en A Coruña, así que no será fácil que el proyecto de Ginkgo salga adelante, a pesar de que insista en que su intención es recuperar una zona muy degrada. Hay muchas casas en estado precario y otras han sufrido vandalismo y okupaciones. El fondo suizo recuerda siempre que no es una promotora, y que pretende descontaminar y regenerar el litoral. De momento, el siguiente paso será derribar la vieja discoteca Pachá, en unos días.