Con el comienzo de septiembre, la maquinaria de la Administración pública se vuelve a poner en marcha. En este caso, forzada por los fondos Next Generation, que deben invertirse antes de que acabe el año. En este caso, el Ayuntamiento licitó en tres días nada menos que ocho contratos, por un valor conjunto de unos cinco millones de euros, todos de fondos europeos y todos con el fin último de mejorar la movilidad.
Algunos de ellos son obras largamente anunciadas, como las rotondas de la avenida de Finisterre, o los ascensores que se van a instalar en las calles de Pintor Villar Chao y Juan Montes, y que elevará el número de ascensores en vía pública a cuatro: uno en la calle de Ramón y Cajal, otro en la calle Troncoso y el 55 de la avenida de A Pasaxe, junto a la rotonda de Os Castros.
La alcaldesa, Inés Rey, destacó ayer que su Gobierno otorga mucha importancia a la accesibilidad. “Solo se consigue la integración y la igualdad si hay visibilización. Si no, es imposible”, declaró. De hecho, durante este verano se avanzó en la tramitación de diez de los 17 proyectos que están cofinanciados (en un 80%) con los fondos Next Generation. Ahora se licitan alguno de los más importantes que restan.
Los nuevos ascensores estarán en las calles de Pintor Villar Chao y Juan Montes, dos vías con escaleras y perpendiculares a la avenida de Oza. El primero de los elevadores, ubicado en la zona de menos cota, salvará un desnivel de tres metros, desde la cota de la calzada y hasta el descansillo de mayor tamaño, donde está situado el acceso a los portales residenciales de los números 12 e 13 de Pintor Villar Chao. Y el segundo de los elevadores salvará la diferencia entre este descansillo y la calle de Juan Montes, un desnivel de aproximadamente cuatro metros. En total se invertirán 357.954 euros.
Se licitan por separado las dos rotondas de la avenida de Finisterre. En realidad, un viejo proyecto que durmió en el cajón durante muchos años. Se trata de regular los cruces de la calle Gütemberg (326.000 euros) y la de Gambrinus. (322.790). Las rotondas tendrán 29 metros de diámetro, con dos carriles de 4,5 metros cada uno y un arcén de medio metro. Habrá dos carriles de entrada y salida desde la avenida de Finisterre, mientras que en las restantes calles solo habrá un carril.
Circular por Pla y Cancela se hace cuesta arriba, y no solo por la pendiente, una de las más pronunciadas de la ciudad, sino por el mal estado del asfalto y las aceras, que lleva mucho tiempo siendo motivo de queja. Por fin se reurbanizará a cargo de los fondos europeos y con un coste de 932.000 euros. Se ampliará la acera y se colocará una barandilla en la mitad del ancho de la nueva acera en el tramo de máxima pendiente longitudinal y en la fachada del número 30 para favorecer el tránsito de personas con movilidad reducida.
También se llevarán a cabo mejoras de accesibilidad en la calle del Doctor Camilo Veiras. Está previsto que en este punto se acometa una ampliación de las aceras y la calzada, para permitir el cruce simultáneo de vehículos y facilitar la circulación de ambulancias y autobuses. Esto obligará a demoler parte de la cuneta ajardinada y la construcción de un muro de granito. El presupuesto es de 339.000 euros.
Por supuesto, las obras de mayor importancia son las que están relacionadas con la urbanización del entorno de la intermodal. Esto incluye la avenida de A Sardiñeira, entre la ronda de Outeiro y el futuro acceso a la terminal de autobuses. Las obras comenzarán, como todas las demás, antes de que acabe el año y el desembolso es de casi 1,5 millones de euros.