La familia Franco ha alegado que el Ayuntamiento de A Coruña aceptó "consciente y voluntariamente" la venta de la Casa Cornide a Carmen Polo, entonces mujer de Francisco Franco, y ahora actúa con "un evidente oportunismo político, que nada tiene que ver con razones de interés público" al intentar revertir la situación.
La Casa Cornide es un palacete ejemplo de la arquitectura residencial de la Ilustración en Galicia, del siglo XVIII en el centro de A Coruña que en 1962 pasó a ser propiedad de Carmen Polo y, por su matrimonio en gananciales, también de Francisco Franco, tras haber sido patrimonio del Ministerio de Educación y luego del Ayuntamiento de A Coruña.
El Gobierno local de A Coruña anunció en abril la revisión de oficio para la declaración de nulidad del proceso de venta de la Casa Cornide a Carmen Polo, así como la intención de pedir al Gobierno que revise la permuta y un trámite de audiencia con los Franco, dentro del proceso para buscar la recuperación del edificio para el patrimonio público.
En este trámite de audiencia, los Franco han reclamado, en un escrito firmado por Francis Franco al que ha tenido acceso EFE, que se archive el procedimiento al entender que carece de base.
Defienden que no "se ha producido ninguna infracción de la legalidad" y explican que a lo largo de 62 años, el Ayuntamiento "consciente y voluntariamente, ha diferido sus posibilidades de reacción ante dichos acuerdos cuya nulidad se pretende" en un caso en que ven "un evidente oportunismo político, que nada tiene que ver con razones de interés público".
Carmen Polo, luego Carmen Franco y ahora sus herederos han ostentado la propiedad del edificio de "forma pública, pacífica, ininterrumpida y en concepto de dueños desde hace más de seis décadas, y como tales han sido tratados por la propia Administración municipal desde entonces".
"En el presente caso se debe imponer el principio de seguridad jurídica, proporcionalidad y confianza en la apariencia de la actuación administrativa llevada a cabo durante 62 años, en que se han generado derechos a favor de terceros de buena fe", continúan.
En todo caso, aseguran que en la venta a Pedro Barrié de la Maza -sobre cuyos herederos dicen que debería abrirse también trámite de audiencia- se realizó a precio de mercado, por lo que no ven daños patrimoniales para el Consistorio, pues fue él quien luego la vendió más barata a Carmen Polo.
Por ello, y dado que el edificio "únicamente" ha estado en poder del Ayuntamiento "apenas durante un mes" y "de forma instrumental" -pues se planteó como posible conservatorio de música, pero por su tamaño se descartó la idea-, la familia Franco ve una "desafectación expresa" de su uso público y dice que, en cualquier caso, la propiedad llegó a ellos "por usucapión o prescripción adquisitiva".
"Era, única y exclusivamente, para ser su residencia estival privada, de manera que ni siquiera consta que la misma fuese utilizada por el Jefe del Estado en aquellos tiempos, y mucho menos, para ningún acto de naturaleza pública o institucional", prosiguen.
Agrega, asimismo, que "Carmen Polo adquirió otra parcela contigua a dicho inmueble, que fue anexionada y forma parte inherente o inescindible de la Casa Cornide", por lo que en un posible cambio de propiedad en favor del Ayuntamiento, este debería proceder a indemnizar ese hecho.
Al tiempo que se sigue el proceso municipal, la Xunta está pendiente de obligar a los Franco a abrir el inmueble al público durante cuatro días al mes, una obligación derivada de ser Bien de Interés Cultural, por lo que incoó un expediente sancionador, paralizado ante las alegaciones de la familia.