El verano de 2022 será difícil de olvidar en la asociación sin ánimo de lucro Gatocán. El pasado 27 de julio era el escenario elegido por la conselleira de Medio Ambiente Ángeles Vázquez para anunciar el cambio de la ley de Bienestar Animal. Es decir, el final victorioso de la lucha iniciada tras la muerte del perro Lucho. Ahora, las cifras confirman el estado de felicidad: Durante los meses de junio y julio ha superado el volumen de adopciones registrado en los mismos meses del año pasado.
 

Un total de 32 animales, 21 gatos y 11 perros, encontraron una familia a través de Gatocán, lo que supone un incremento de 8 frente a los 24 de 2021. Entonces la proporción fue de 17 a 11. Se mantiene la tendencia de favoritismo hacia los felinos, tal y como reconoce la responsable de redes sociales, Teresa Prado: “Seguramente sea una tendencia de verano por la comodidad y el tamaño de unos y otros”. La voluntaria, que el pasado fin de semana celebró que Simba y Trufo, dos perros, encontraron una familia, desea aclarar que el servicio que ofrece su asociación en ocasiones lleva a equívocos. “Gatocan no es un servicio público de recogida de animales. Somos voluntarios que hacemos todo lo que podemos por amor y sin obligaciones”, recuerda, en referencia a la obligación de los Gobiernos municipales a hacerse cargo de los animales sin tutor. 
 

Por otra parte, entre los servicios que sí promueve Gatocán están la adopción y la acogida, dos fórmulas diferentes de ofrecer un hogar a un animal. La primera conlleva un seguimiento por parte de una protectora y no cubre los gastos de manutención. Al igual que sucede con un hijo, se investiga a la familia y la solvencia de ésta. En el caso de la acogida indefinida, más habitual para animales con pocas opciones de adopción como los perros mayores, los gastos corren a cargo de la protectora.
 

La castración 

Teresa Prado, de Gatocán, desea incidir sobre la castración, que en ocasiones lleva a equívocos. “Los humanos tenemos un concepto equivocado”, advierte.
 

El proceso resulta positivo para la sociedad, ya que evita abandonos, y para los animales, a los que alarga tanto la esperanza como la calidad de vida.