La política municipal está marcada estos días por el anuncio de la alcaldesa, Inés Rey, de que presentará los presupuestos sin pactarlos con el BNG. Sin embargo, los nacionalistas siguen teniendo la última palabra también: Rey continúa necesitándolos para impedir que el PP enmiende los presupuestos cuando los lleve a pleno. No le basta con la abstención del BNG, sino que necesita el voto a su favor.
En efecto, Rey está dispuesta a llegar hasta la cuestión de confianza, segura de que el PP y el BNG jamás se pondrán de acuerdo para una candidatura alternativa. El proceso es muy simple: primero presenta las cuentas en un pleno y si no consigue aprobarlas, lo hace de nuevo, vinculándolas a su permanencia en la alcaldía. Esto es lo que se llama cuestión de confianza.
En este segundo pleno no es posible cambiar los presupuestos. En rigor, solo se vota si la alcaldesa tiene o no la confianza del hemiciclo municipal, nada más. Pero en el primer pleno sí es posible, porque es cuando se votan los presupuestos.
El Gobierno local se ha comprometido a que los entregará a finales de mes, así que el pleno tendrá lugar a principios de febrero. Entonces será la oportunidad del PP, que tiene doce concejales, frente al PSOE, con solo once. Los números favorecen a los populares, que podrían introducir las enmiendas que quisieran. Solo el BNG, cuyo grupo municipal está compuesto de cuatro ediles, puede impedir que lo que se apruebe para 2025 sean los presupuestos que desea el PP. Es decir, que al PSOE le hagan una jugada semejante a la que le hizo a la Marea.
CIFRAS |
633 APORTACIONES |
27 CONCEJALES |
375 MILLONES |
Durante este mandato, ha gobernado en minoría con el apoyo de los nacionalistas, como antes había contado con el apoyo de la Marea Atlántica. Sin embargo, ahora se esfuerza por ofrecer una imagen de independencia, y ayer aseguró que la política coruñesa no depende “en absoluto” de lo que ocurra en Santiago. “A mí no me condiciona lo que ocurra en otros ayuntamientos. Ya he explicado la hoja de ruta, y la mantengo”.
Pero, a pesar de las declaraciones de Rey, le favorece que el BNG y el PSOE hayan llegado a un acuerdo después de negociar durante semanas. Ambos partidos se necesitan mutuamente para batir al PP y la alcaldía santiaguesa es muy simbólica para los nacionalistas. Un acuerdo ofrece cierta estabilidad a su alianza, aunque las relaciones no sean tan fluidas como les gustaría en ninguna de las dos ciudades, a unos partidos que están condenados a entenderse. El PSOE santiagués se encuentra en una crisis interna causada por la apertura de un proceso disciplinario al grupo municipal socialista, que ha llevado el pacto a espaldas de su propio partido. Y la agrupación coruñesa, mucho menos díscola, no es ajena a la crisis interna que vive desde hace tiempo el PSdeG-PSOE, agudizada tras las últimas elecciones autonómicas, en las que el BNG se reafirmó como principal partido de la oposición.
Por el momento, Francisco Jorquera, el portavoz del BNG, ha reiterado que el PSOE no cuenta con la confianza de su formación, al incumplir los acuerdos previos. Reconoce que lo más probable es que el proceso no llegue hasta el final. Es decir, la moción de censura, que no es más que proponer otro candidato a la Alcaldía, una vez Rey pierda la cuestión de confianza. Pero no dijo nada de enmiendas.