La guerra de Ucrania se hace notar con fuerza en A Coruña, principal puerto cerealero de la cornisa cantábrica. Ya no llegarán más barcos cargados con maíz de Ucrania, y en el depósito del muelle del Centenario solo hay grano para un mes más, alerta Bruno Beade García, director de la Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos (Agafac).
Si España es deficitaria en cereales y en oleaginosas, Galicia lo es más, y el 80% de las materias primas vienen vía importación. En el caso de los piensos, de los que se producen 3,3 millones toneladas para los que se necesitan 1,1 millones de toneladas de maíz. Debido a la normativa europea, no se puede comprar este cereal a Estados Unidos ni a Argentina, así que, de enero a junio solo importan de los países del este como Ucrania. 450.000 toneladas provienen de allí cada año. En julio llegará la cosecha brasileña, pero el sector no puede esperar.
“Habrá que reducir la producción de pienso y los ganaderos tendrán que bajar la producción. Existe un riesgo real de quedarse sin maíz. Estamos viendo precios como nunca 400 euros la tonelada. Subió 150 euros en 15 días”, dice Beade. El último barco de Ucrania llegó el 11 de enero, y la semana que viene se espera uno de Rumanía, con 30.000 toneladas, lo que resulta insuficiente. “Se necesita abrirse al mercado argentino y americano”, alerta el director de Agafac.