El Ideal Gallego del 27 de octubre de 1998 llevaba a su portada la polémica destitución del director general de Leyma, Vázquez descubre el busto de Camoes, el Homero luso, O Castro prepara su cincuenta aniversario, Manuel Fraga pide profesionalidad a los empresarios que le acompañarán en su viaje a Cuba, Victoriano Reinoso apuesta por una liberalización homogénea del sector del gas, las universidades gallegas contarán en 1999 con un presupuesto de 30.700 millones y descubiertos en Zas restos de una necrópolis sueva al realizar un censo de arquitectura rural.
Portugal y A Coruña quedaron unidos por el mar... y por Luis de Camoes, poeta que cantó los grandes descubrimientos protagonizados por lusos y españoles. También ayer Pablo Izagirre, un joven alumno del instituto Menéndez Pidal, entonó las conquistas de los arriesgados y diestros navegantes.
Lo primero que uno saca en limpio tras recorrer las dependencias de la planta de cerámica O Castro de Samoedo (Sada) es que no está ante un proyecto puramente utópico. Las empresas que componen el grupo de O Castro y Sargadelos dan de comer a cerca de 300 personas y suma la primera industria cultural de Galicia, mostrando por la vía de los hechos consumados que esas dos palabras -industria y cultura- no están tan reñidas como algunos entienden. Hace cincuenta años a duras penas se vislumbraban estos logros.
La Xunta desmintió "rotundamente" su intervención en la destitución del director general del grupo Leyma, Xosé Manuel Cruz Veira. En un comunicado de prensa, emitido a media tarde de ayer, el gobierno autonómico asegura que "no hizo ningún nombramiento ni adoptó ningún cese, por ser estas decisiones exclusivas del Consejo de Administración" en el que la Xunta niega tener representación.
Sergio Manteca Martínez ya está en A Coruña de regreso de los Estados Unidos, a donde acudió para ser sometido a una intervención quirúrgica que le corrija los problemas que todavía tiene en la rodilla de la que lo operó en su día el doctor Pedro Guillén. Las previsiones hablan de que en tres meses podría estar corriendo y tocando el balón, es decir, que no se puede afirmar que su carrera profesional haya llegado a su fin.
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