La privatización de la Fábrica de Armas y la declaración en el juzgado del conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuiña, por una trama para asesinarlo eran las noticias principales del periódico del 3 de febrero del año 2000. En 1950, la actualidad se centraba en una actuación musical, la del famoso pianista francés Alfredo Cortot, que se negó a responder a las preguntas del periodista de El Ideal Gallego porque había “venido a tocar y no a hablar”, aunque el público coruñés se fue encantado tras el recital. En 1925, la portada se dedicaba al plan para desarrollar un ferrocarril que uniese A Coruña con Carballo y Corcubión, una idea que aportaría gran riqueza a la zona si no se terminaba quedando en algún cajón olvidado de los ministerios.
El comité de empresa de la Fábrica de Armas advirtió que está dispuesto a solicitar la intervención del fiscal general del Estado si el Gobierno sigue manteniendo su proyecto de privatizar la Empresa Nacional Santa Bárbara. Los sindicatos con representación en este comité anunciaron, además, que responderán con un calendario de movilizaciones en caso de llevarse a cabo una decisión que califican de ilegal y especuladora. Los trabajadores expresaron su oposición “tajante” a la privatización, ya que con ella se pone en riesgo el futuro de las empresas del grupo, entre ellas las de A Coruña.
Por otra parte, el conselleiro de Política Territorial afirmó que tiene la convicción íntima de quién pudo auspiciar la trama para asesinarlo, aunque no quiso dar nombres. Añadió que el único móvil para intentar matarlo es su negativa a “pasar por el aro”. Cuiña prestó declaración en Ponferrada, durante hora y media ante el juez que instruye el caso. Sin querer dar muchos detalles sobre el contenido de su declaración, el conselleiro y su abogado explicaron que esperarán a que se desarrollen las investigaciones. Cuiña se mostró “absolutamente tranquilo” si bien no ocultó que también se encuentra “disgustado” por la repercusión que está teniendo el caso en su familia y en sus padres.
Después de escuchar el prodigioso estilo de esta señera figura del arte pianístico y del arte musical en general, comprendemos –¿qué eufemismo emplearemos que resulte más blando?– su cortante negativa a recibir al periodista que deseaba interrogarle, diciendo que había venido “a tocar y no a hablar”. Se encuentra el gran pianista francés Alfredo Cortot, maestro de generaciones, en plenitud de forma, pues el ímpetu juvenil que sin duda le restó el paso del tiempo, está compensado por una mayor serenidad y sapiencia, que dan a sus versiones un profundo y trascendental sentido, lleno de emoción y contenido espiritual. Cortot tocó con extraordinaria y clara dicción, con la elegante escuela y la técnica fácil que le son peculiares, un programa dedicado a Chopin y Schumann. El maestro salió muchas veces a recibir los entusiastas aplausos del auditorio.
Además de los ferrocarriles para Galicia de los que se ha dado cuenta, está incluido en el plan que se propone desarrollar el Directorio el de Coruña-Carballo-Santiago-Corcubión. Entre los innumerables proyectos que duermen su sueño eterno en las múltiples estanterías de los ministerios, se separa este y se procede a su exhumación. Este ferrocarril llevará vida a una zona riquísima y muy poblada. Arteijo, Carballo, Puenteceso, Bayo, Vimianzo, Camariñas, Mugía, Cée, Finisterre y Corcubión bien merecen estos kilómetros de vía para que su pesca, sus minerales, su valiosa ganadería, sus praderas y sus industrias tengan un medio adecuado de transporte. Lo que se necesita ahora, más que nada, es que la prensa coruñesa y la Cámara de Comercio, los ayuntamientos y la Diputación se reúnan en asamblea y tomen acuerdos para mantener viva esta idea.