La visita de Umberto Eco a A Coruña, el nombramiento de Antonio Couceiro como nuevo presidente de la Autoridad Portuaria y el accidente del los Bomberos contra un camión cuando acudían a apagar un incendio eran algunas de las noticias destacadas en el periódico del 30 de septiembre de 1999. En 1949, sobresalía el robo de medias y pañuelos en una tienda de San Nicolás, así como dos accidentes, uno con obreros en un andamio y otro de un ferroviario en la Estación del Norte. Hace cien años, los vecinos protestaban por el jaleo organizado por los chavales que montaban una escandalera en el Cantón Grande antes de entrar al cine, algo que, salvo por el cine, no parece demasiado diferente a lo que ocurre hoy en día.
Umberto Eco visitó A Coruña en septiembre de 1999 para participar en el Congreso de Semiótica, en donde defendió la utilización racional de internet, en contra de quienes ven en esta red una de las catástrofes del nuevo milenio. El escritor, quien afirmó que afronta el nuevo milenio desde un “optimismo trágico, porque los seres humanos son idiotas”, recorrió la Domus acompañado por Francisco Vázquez y Ramón Núñez Centella.
Entre las demás noticias del diario del 30 de septiembre de 1999 destacaba también el accidente de los Bomberos que, cuando acudían a apagar un incendio que resultó ser una falsa alarma, chocaron contra un camión cisterna de la compañía Cepsa en la calle Manuel Murguía. En este suceso resultó herido leve el conductor del camión, con una posible fractura de brazo.
Era protagonista también aquel día Antonio Couceiro, tras la publicación del Diario Oficial de Galicia (DOG) del nombramiento como nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de A Coruña en sustitución de Juan Manuel Páramo Neyra. Tanto el sector empresarial como el alcalde de la ciudad, Francisco Vázquez, recibieron el nombramiento con satisfacción, debido a la entrega y a la capacidad de diálogo del nuevo presidente.
Un establecimiento de paquetería situado en el número 23 de la calle de San Nicolás, del que era propietario Luis Leal Cao, sufrió el robo de “doce pares de medias, dos docenas de pañuelos de diferentes calidades y una pieza de tela de unos diez metros de longitud, que se encontraban en la vitrina”. En portada, se achacaba el hurto “a la mano del bello sexo”, para el que “las soñadas medias ‘nylon’ son eternas obsesiones de la grey femenil” y más ahora, que termina la temporada estival y hay que dejar “la moda de las pantorrillas desnudas” y hay que “volver a esas transparentes y costosísimas fundas”.
Contaba también el diario el accidente de dos obreros tras caer de un andamio en la prolongación de la calle Vizcaya y el de un ferroviario, alcanzado por unos vagones con el que se efectuaban maniobras en la Estación del Norte.
“Una verdadera patulea de chicos, muchos de ellos menores, promovieron una gritería insoportable por no poder introducirse en el cine con la rapidez por ellos deseada”, informaba el diario del escándalo que se produjo en pleno Cantón Grande a las siete y media de la tarde. “No hay derecho a molestar, como tampoco lo hay a que algunos agentes de la autoridad presenciasen impasibles el numerito y permitiesen que los críos penetrasen en el local del espectáculo sin ir acompañados de personas mayores”, añadía.
Informaba también el periódico del avistamiento de un sexquiplano militar, el “Breguet número 1, pilotado por el teniente de infantería D. Ignacio Jiménez”. El avión, explicaba El Ideal Gallego, “al cruzar por el campo de la Estrada, descendió un poco para dejar caer un tubo lanza-partes, que cayó en un patio del cuartel de Alfonso XII”.