Las obras de construcción del túnel de Os Castros y de la glorieta de Casablanca avanzaban con lentitud hace 25 años y la incomodidad entre los vecinos por el corte del tráfico iba en aumento. Por eso sugirieron que se ampliaran las jornadas de trabajo incluso hasta la noche, como ya se hacía entonces en el aparcamiento de Linares Rivas, con el objetivo de recortar al máximo los plazos. Ese fue uno de los temas destacados por El Ideal Gallego tal día como hoy de 2000. En 1975, 50 años atrás, los armadores coruñeses acordaron iniciar las descargas de pescado en otros puertos. El mar también era noticia en 1925, cuando el periódico relataba las consecuencias de un temporal que hizo que la corriente de las olas llegara hasta la plaza de Pontevedra.
Ha pasado ya casi un mes desde que se impuso el temido cambio circulatorio en el barrio de Os Castros y los vecinos, por unanimidad, manifiestan haber “sobrevivido” y también haberse “acostumbrado” a la nueva situación, a pesar de que recuerdan que los dos primeros días fueron “un caos”. Sin embargo, algunos consideran que tienen que aguantar muchos problemas, como el tráfico intenso, la falta de plazas de aparcamiento, el polvo o el ruido que están provocando las obras. Los vecinos piden la creación de turnos nocturnos, como ya se está haciendo para construir el aparcamiento de Linares Rivas, “por ejemplo de ocho a doce de la noche”, sugiere el empleado de un taller.
Por otra parte, el municipio de A Coruña y su entorno carecen de suelo industrial. En la actualidad, a 27 de febrero de 2000, únicamente se dispone de 23.750 metros cuadrados correspondientes a parcelas residuales ubicadas en el polígono de Pocomaco, según el último estudio que la empresa Ciisa ha elaborado para la Cámara de Comercio de A Coruña. El resto de polígonos, como A Grela y Sabón, ya no tienen parcelas disponibles. A esta situación hay que añadir que el Plan General de Ordenación Urbana de A Coruña prevé la tendencia a la transformación paulatina del polígono industrial de A Grela en zona residencial.
La economía coruñesa está en peligro. Estamos ante un momento muy grave para los intereses de la ciudad. La primera industria coruñesa, la pesca, está en trance de desaparecer. A partir del sábado, 29 de febrero de 1975, dejarán de venir las bacas del Gran Sol y del día al puerto herculino. En la reunión que tuvieron los armadores durante la mañana de ayer, se acordó por unanimidad –nunca estuvieron tan unidos como ahora– que cada armador quedaba en libertad de descargar sus barcos en cualquier puerto menos en el de La Coruña.
Por lo tanto, se avecina un cataclismo económico porque si los doscientos y pico barcos que tienen base en La Coruña nos abandonan, fácil es prever que todo habrá terminado en La Palloza. De momento, el éxodo de los buques pesqueros se iniciará el sábado.
El temporal continuó ayer, 26 de febrero de 1925, con igual magnitud que en días anteriores, especialmente la impetuosidad del mar que en las pleamares siguió causando destrozos. En la coraza del Orzán derribaron las olas otro pequeño trozo del pretil y en el muro rompeolas del andén, situado frente al edificio de las Monjas Terciarias, abrió el mar una brecha importante. La gran cantidad de agua que las olas descargaban sobre los andenes en impetuosa corriente llegó hasta la plaza de Pontevedra, por las calles laterales del Instituto General y Técnico.
En la avenida de Rubine el agua penetró en las plantas bajas de algunas casas. Los vecinos de aquel barrio nos ruegan llamemos la atención de la Alcaldía sobre este asunto para que con urgencia se proceda a desatascar dichos registros para evitar que estos problemas se repitan.