Hondo pesar en A Coruña por la muerte de Martín Pou, fundador de Aspronaga

Pou fundó en 1962 Aspronaga para luchar por la integración y los derechos de las personas con diversidad funcional
Hondo pesar en A Coruña por la muerte de Martín Pou, fundador de Aspronaga
Martín Pou | Susy Suárez

Martín Pou, fundador de Aspronaga, ha fallecido en A Coruña a los 97 años. La muerte de quien fue uno de los más destacados luchadores por la integración y los derechos de las personas con diversidad funcional ha causado un hondo pesar tanto en la ciudad como en su área metropolitana, donde se encuentran algunos de los centros que la organización ha puesto en marcha desde los años 60.

 

Fue entonces, concretamente en 1962, cuando Martín Pou fundó Aspronaga, convirtiéndose en un pionero en la movilización social a favor de las personas con discapacidad y también contribuyendo de forma importante en la mejora de la calidad de vida de estas. Y todo gracias a una mujer, Chus, su hija, nacida en 1958 con síndrome de Down. La lucha de Pou por conseguir calidad de vida para ella desató una movilización social en A Coruña y su área.

 

Así, Aspronaga fue creciendo y diversificando su actividad, creando estructuras como el Centro de Educación Especial Privada Nuestra Señora de Lourdes que atiende a alumnos con discapacidad intelectual de entre 6 y 21 años, dándoles educación integral y habilidades básicas, actividades inclusivas o formación laboral.

 

En Oleiros, cuyo Ayuntamiento expresó su pesar a través de las redes sociales, está el Centro Laboral Lamastelle, formado por un centro ocupacional y un centro de día para personas adultas con discapacidad intelectual. El ocupacional, explican desde la entidad, está destinado a proporcionar atención integral a personas con discapacidad intelectual con necesidades de apoyo límite e intermitente que, por sus características necesitan una atención personal para potenciar hábitos de vida diaria, así como actividades capacitadoras y terapéuticas, de formación ocupacional y de desarrollo de habilidades personales y sociales. Está dirigido a usuarios mayores de 18 años que tengan reconocido un grado de minusvalía igual o superior al 33% por los Equipos de Valoración y Orientación, sin necesidad de ayuda de tercera persona. Por su parte, el centro de día proporciona apoyo a personas en situación de dependencia que por sus características necesitan de un apoyo personal para realizar las actividades básicas de la vida diaria y de una rehabilitación continua y especifica, tanto desde el punto de vista psíquico como físico, para mejorar sus capacidades y promocionar su autonomía personal.

 

Además, Aspronaga lleva también a cabo atención a la discapacidad a través del centro Ricardo Baró, que ayuda a 65 personas con discapacidad intelectual y algunos con trastornos físicos, sensoriales y de salud mental asociados.

 

Fue en 2019 cuando Aspronaga homenajeó a su fundador y gran impulsor abriendo las puertas de la residencia Martín Pou en la finca Lamastelle, dirigida al cuidado de quince personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo.

 

En 2017, con motivo del centenario de El Ideal Gallego, el periodista Nacho Carretero, nieto de Martín Pou, escribió un artículo en el que recordó la forma en la que su abuelo conformó Aspronaga. 

 

"El 9 de marzo de 1962 mi abuelo Martín Pou decidió publicar un anuncio en El Ideal Gallego. En aquellos años poner un anuncio en El Ideal Gallego era como escribir hoy un tuit: quedaba garantizado que toda la ciudad se iba a enterar. Era importante que así fuera. Lo que mi abuelo encomendaba al entonces periódico más importante de A Coruña era un anuncio en el sentido estricto de la palabra, despojado de tintes publicitarios ni intereses económicos. Un anuncio que tenía que ver con su hija María Jesús, más conocida como Chus. Una maravillosa mujer con Síndrome de Down que, muchos años después, habría de convertirse en mi tía predilecta. Nació Chus en 1958 y pudo haber corrido la misma suerte que otros tantos bebés con discapacidad intelectual llegados al mundo en aquellos días fríos: quedarse en casa, encerrados, escondidos. Como si fueran un meigallo. Por suerte para ella, decidieron mis abuelos que, fuera lo que fuera lo que le pasaba a Chus (el pediatra fue claro en el diagnóstico: “idiota”) merecía una vida. Y pelearon por dársela", escribe Nacho Carretero, para explicar el punto desde el que nació la lucha de Martín Pou por las personas con diversidad funcional.

 

 

 

 

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