El conflicto en el Orzán no cesa. El descanso de los vecinos sigue sin ser compatible con el desarrollo de la actividad del ocio nocturno y, tras ser “ignorados” por el Gobierno local, los residentes del barrio han vuelto a comunicarse con la Valedora do Pobo, que hace tres meses emitió una serie de recomendaciones para tratar de garantizar la convivencia en la zona.
La alcaldesa, Inés Rey, insiste en que el Ayuntamiento ha tomado fuertes medidas, como el “mayor refuerzo policial nocturno de los últimos diez años”. La regidora añade, a su vez, que “se han estado cumpliendo las principales recomendaciones y se han puesto sanciones y expedientes a aquellos locales que no estaban cumpliendo con la normativa vigente. Ahora, además, contamos con cámaras de vigilancia en la zona para evitar que existan molestias y disturbios nocturnos”. La entidad vecinal, sin embargo, discrepa y sostiene que “para la alcaldesa los locales tienen derecho a desarrollar su actividad, pero los que no tienen derechos son los vecinos, que no pueden dormir por las noches”.
El presidente de la asociación compartió ayer dos cartas remitidas por la Valedora do Pobo en la que muestra su “enfado”, según indica, por la falta de respuesta del Gobierno local a sus escritos: “La Valedora hace referencia a los requerimientos que le envió al Ayuntamiento hace varios meses interesándose por las quejas presentadas por los vecinos, acusando al Ejecutivo local de dejación de funciones en su obligación constitucional de defender el derecho al descanso nocturno de los ciudadanos”.
La entidad refleja, además, que la Valedora indica en sus cartas que “el Ayuntamiento persiste en su actitud de no responder a la recomendación formulada”. No solo denuncian ahora la falta de respuesta al organismo, sino que “tampoco reacciona ante las quejas presentadas por los representantes de los vecinos en su reunión con el concejal de Seguridad, Juan Ignacio Borrego, el 13 de mayo”. En este encuentro, los residentes del barrio presentaron una serie de incumplimientos de las ordenanzas llevados a cabo por locales y clientes, todo ello aportando videos y documentación recogida por los sonómetros instalados en la calle. El concejal, dicen, prometió que su “intención era poner en marcha inmediatamente una serie de medidas para garantizar el derecho al descanso nocturno”. En este punto la confianza afloró y los vecinos comunicaron que tendrían paciencia y que estaban esperanzados por ver un cambio pronto. Ahora, han vuelto a recoger información sobre el estado del barrio y de “cómo no se mejorado la situación desde la protesta anteriormente enviada a la Valedora do Pobo de Galicia”.
Las nuevas quejas, por lo tanto, suponen una prueba de que el Gobierno local “ignora tanto el sufrimiento de los residentes como de la Valedora. El barrio sigue con los mismos problemas de botellón en múltiples zonas residenciales, siempre acompañados por los altavoces inalámbricos a todo volumen. Los locales siguen permitiendo sacar las bebidas a la calle y el Ayuntamiento sigue mirando para otro lado”.