El segundo mandato de Inés Rey ha sufrido cambios muy importantes en su equipo de Gobierno, que pasó de ser de nueve a once concejales. Pero no todos tienen el mismo peso: el teniente de alcaldesa José Manuel Lage, que ya era el hombre fuerte del Gobierno local, pasa a ver reforzadas sus competencias con el decreto que ayer se publicó en Boletín Oficial de la Provincia (BOP) por el que asume las competencias económicas más importantes del Ayuntamiento.
Hay que tener en cuenta que Lage ya era concejal de Economía en el mandato pasado y ahora lo es de la ‘superconcejalía’ de Economía, Hacienda y Planificación Urbana. Tiene sentido, pues, que se deleguen competencias en modificaciones de crédito y otros actos económicos en el teniente de alcaldesa.
Por otro lado, delegan todas las modificaciones presupuestarias que no tienen que ser llevadas a pleno para su aprobación. Es una competencia propia de la Alcaldía. Es decir, de Inés Rey. Sin embargo, tampoco es inédito que lo llevase el responsable de Hacienda. Ahora Alcaldía no detenta ninguna responsabilidad presupuestaria: queda en manos de Lage la autorización de gastos y facturación de todas las concejalías que dependen de él, desde Medio Ambiente a Urbanismo pasando por Movilidad.
Solo los otros dos tenientes de alcaldesa (Gonzalo Castro, de Grandes Eventos, y Yoya Neira, de Bienestar Social), tienen también firma para gastos, mientras que los otros nueve concejales no. Esto ya es de por sí bastante anómalo, y trae a colación las protestas del PP y el BNG por la concentración del poder en manos de Lage, ya en el anterior mandato.
Además, también tiene el control de la Tesorería, aunque esto sí es normal, mientras que el hecho de que Nereida Canosa (Movilidad e Infraestructuras), Francisco Dinis Díaz (Urbanismo y Vivienda), Noemí Díaz (Medio Ambiente) y Montse Paz (Seguridad Ciudadana) tengan que depender de él para todos los gastos importantes no lo es tanto. Lage afianza así su control.