Desde hace años, los expertos en seguridad vial han sabido que un conductor desconcertado pisa el freno. Y ese es el principio que ha incorporado la Concejalía de Movilidad frente al CEIP Labaca, en Juan Flórez: una serie de enormes círculos amarillos y azules que tienen como función pillar por sorpresa a los conductores, que reducirán la velocidad frente a una zona de tránsito escolar.
El Ayuntamiento ha llevado a cabo esta iniciativa con motivo de la Semana de la Movilidad. También se ha aprovechado para repintar la señalización horizontal. El concejal del área, Francisco Díaz Gallego, señala que, además de calmar el tráfico, los topos convertirán la calle en "máis agradable visualmente para as rapazas e rapaces, é axudar aos conductores a fixar a súa atención na calzada, brindándolles unha nova ferramenta para reducir a velocidade ao seu paso por diante do colexio".
Díaz encuadró esta intervención dentro de un plan más amplio de mejora de la movilidad puesto en marcha polo Goberno de Inés Rey en el entorno y accesos de las escuelas infantiles, colegios e institutos, como los pasos de peatones elevados. Pero esta actuación recuerda más al pintado del paso de peatones integral en Santa Catalina, justo hace un mes, y que levantó cierta polémica porque muchos consideraron que sus alegres colores no eran legales.