La Audiencia Provincial celebra el martes un juicio por estafa en el que el acusado es el subdirector de una sucursal bancaria que había solicitado 28 tarjetas a nombre de sus clientes (algunos de ellos familiares suyos) con las que se apropio de 123.000 euros.
Los hechos ocurrieron entre 2009 y 2021 pero la causa se ha retrasado porque el acusado trató de evitarlo facilitando un domicilio falso. En 2016, el juzgado decretó su detención, y se presentó en el juzgado e junio de 2019. El fiscal pide siete años de prisión y una indemnización a acordar.