La conocida Librería Arenas ha sido objeto de varios robos e intentos de robo este mes, en un episodio que recuerda a algunos que tuvieron lugar hace un año. En este caso fue una mujer, presumiblemente toxicómana, la que se hizo con varios libros aprovechando un descuido de los empleados. El propietario, Manuel Arenas, denostó lo ocurrido, al mismo tiempo que expresó su sospecha de que se tratan de robos por encargo.
El último robo ocurrió hace tres días y se llevaron cuatro o cinco libros. Tras darse cuenta de lo ocurrido, consultaron los videos de seguridad para comprobar qué ejemplares habían robado exactamente e interponer la correspondiente denuncia, aunque Arenas confesó que no creía que sirviera demasiado. El librero todavía recuerda su última experiencia al respecto, muy reciente: “Hace dos semanas tuvimos otro intento de robo, y a esa chica mis empleados la pudieron pillar”. Cuando acudió al juicio en calidad de dueño del establecimiento, descubrió que la joven era la misma que había robado en su librería anteriormente.
La imputada alegó que consumía drogas y que no podía recordar nada de lo ocurrido, así que todo se saldó con una multa de 50 euros, menos del valor de los libros que quería sustraer.
En los últimos tiempos, tanto vecinos como comerciantes han denunciado un incremento de la inseguridad que las autoridades matizan como una “sensación” y, aunque las librerías no son los negocios más perjudicados, Arenas considera que hay algo de cierto: “Hay que tener en valentía y denunciarlo, decirles a los del Ayuntamiento, no es una exageración, que está ocurriendo”.
Aunque los libros no son los objetos más codiciados, Arenas considera que los ladrones sí van tras libros determinados, caros y populares, como las colecciones de Marvel Comics, que la gente demanda y que acaban en tiendas de segunda mano, por lo que sospecha de que muchos de estos robos son por encargo. Como ya se ha dicho, en diciembre de 2020 sufrieron varios robos de este tipo, así que el personal estaba “con la mosca detrás de la oreja”, como señala Arenas, cuando apareció esta mujer, de aspecto sospechoso. Pero aprovechó que el empleado estaba atendiendo a otra persona para actuar y llevarse los libros.