La tienda de magia y coleccionismo de Os Mallos, El Caldero de Peltre, abandona su rincón de Ángel Senra después de siete años de ilusión en el barrio. Por este establecimiento han pasado niños y mayores dispuestos a soñar, pero Ana Capelán, una de las dueñas del local, ha querido que la despedida no sea amarga. Por ello, más de una quincena de comercios participarán en la última yincana de Harry Potter organizada por El Caldero de Peltre. Esta tendrá lugar el 4 de agosto y servirá como colofón a estos años de fantasía.
Os Mallos se convirtió en un barrio mágico el pasado 28 de abril, cuando más de 300 personas participaron en la última yincana realizada, que estuvo dedicada a los merodeadores de Hogwarts. Una veintena de comerciantes decoró el interior de sus establecimientos simulando escenarios del mundo de Harry Potter para ofrecer pistas del misterio a resolver por los participantes. Al final de la jornada, el ganador de un sorteo se llevó a casa un preciado premio.
La temática del 4 de agosto no distará mucho de lo ya vivido en las anteriores ediciones, pero en esta ocasión estará ambientada en el primer día del curso en Hogwarts. Habrá sombrero seleccionador, se impartirán asignaturas de la escuela de magia, habrá viajes al callejón Diagon y desafíos de defensa de las artes oscuras. Desde la tienda de culto friki aseguran que habrá un obsequio de lo más exclusivo para el afortunado que gane el sorteo final.
“Queremos volver a ver a los colegas después de estos siete años”, explica Capelán, que este viernes cerró las puertas de la tienda tras recibir visitas durante toda la jornada. Muchos aprovecharon para llevarse parte del decorado del comercio. “Esta yincana va a ser mejor, porque cada vez encontramos algunos aspectos en los que mejorar”, añade.
Entre quince y veinte comercios ayudarán a convertir Os Mallos en un barrio del mundo mágico. Las entradas, ya a la venta, se pueden solicitar a través de la página de Facebook e Instagram de El Caldero de Peltre, pero también pueden recogerse en el establecimiento Luces de Bohemia, en el número 20 de la peatonal Ángel Senra. La iniciativa cuenta con el apoyo de la asociación de comerciantes Distrito Mallos.
El motivo del cierre de El Caldero de Peltre no es otro que la imposibilidad de hacer frente a los efectos de la inflación. “La pandemia la llevamos bien y conseguimos recuperarnos, pero la inflación nos toca la moral. Además, salió otro proyecto que contaremos más adelante”, indica Ana Capelán. Por ahora, tanto ella como Delia Estraviz aprovecharán estos meses para descansar. Se despiden contentas de un barrio que, durante años, les ha dado amistades y donde han recibido el cariño de todos los que han puesto su ilusión en cada visita realizada a la tienda.