Marcos Ortega, doctor en Informática y profesor titular en la Unversidad de A Coruña, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Informática y Salud de la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS). Se reconoce su labor en el campo de la Inteligencia Artificial (IA), con aplicaciones fundamentales en medicina, que buscan facilitar la labor clínica y ayudar a conseguir mejores diagnósticos.
¿En que consiste principalmente su labor en el día a día?
En nuestro grupo de investigación, trabajamos en desarrollar tecnologías basadas en Inteligencia Artificial para automatizar procesos que ayuden al diagnóstico precoz de patologías en base, por ejemplo, al análisis automático de imágenes médicas. Lo hacemos en combinación con otros datos del paciente. Lo importante es facilitar a los especialistas clínicos herramientas que les ayuden. Se trata de que ciertas tareas estén más automatizadas y sean más objetivas, que les permiten ahorrar tiempo al tratar la información de sus pacientes.
¿Optimizar los recursos humanos disponibles es en ese sentido uno de los factores claves?
Esa es la clave. A veces, se habla de la Inteligencia Artificial como una posible amenaza, y nada más lejos de la realidad. Se trata de evitar tareas tediosas. Por ejemplo, se pueden descartar imágenes en las que no hay claramente patologías de forma automática, y así los especialistas se pueden centrar en dedicar su tiempo a aquellas en las que sí es necesario su saber y experiencia.
¿Podría poner algún ejemplo concreto en el que se aplique?
Estamos trabajando con muchas especialidades clínicas en el ámbito de la imagen médica. En oftalmología, la imagen de fondo de ojo permite acceder de forma no invasiva a la vasculatura del cuerpo, a través de la retina. A través de esas imágenes, podemos detectar marcadores que permiten predecir o detectar de forma muy temprana riesgos de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. Y en la pandemia, desarrollamos un sistema que permite analizar radiografías de pacientes para detectar la presencia de signos asociados al covid, cuando todavía no había síntomas asociados a esa patología porque no existía previamente.
¿Es aplicable esa Inteligencia Artificial a otros ámbitos?
Claro. Por ejemplo, a la hora de conducir, cada vez los vehículos incorporan más sistemas basados en Inteligencia Artificial que apoyan la conducción, pero eso no significa que el vehículo sea complemente autónomo. Aquí sucede lo mismo: en un campo como la salud, no se puede sustituir al especialista La IA es una herramienta más, muy potente, pero no deja de ser un apoyo.
¿Hasta que punto será la IA un elemento transformador?
Lo que va a hacer la IA es modificar el funcionamiento del sector productivo. Se pueden evitar tareas tediosas que, si hasta ahora las hacía el ser humano, es porque no quedaba más remedio. Está claro que abre un nuevo campo entero de nuevas profesiones y tareas, mucho más motivadoras. Hablamos de tener profesionales cualificados y mejor pagados. Son trabajos de calidad que van a generar una mejora en la calidad de vida de las personas y en la sociedad.
Por lo tanto, en ese sentido, entiendo que el papel de la formación va a ser decisivo.
Desde luego que sí. Y en ese aspecto, nosotros, como Universidad, tenemos que desarrollar un papel muy importante. En la facultad de Informática formamos a los profesionales que se van a dedicar a esto. Nadie debe preocuparse porque estas nuevas tecnologías estén presentes en nuestra sociedad en el día a día, sino todo lo contrario. Debemos alegrarnos por ello. Es importante que hagamos una tarea de divulgación y concienciación en la sociedad, porque se habla mucho de la IA pero a veces a la gente no le queda claro de que estamos hablando. La sociedad debe entender los beneficios de la IA y también sus riesgos.
¿Cuáles son esos riesgos?
Uno de ellos es el que hace referencia a la gestión de los datos personales. Todo lo relacionado con la protección de datos es un tema sensible. Llevamos años escuchando polémicas en ese sentido, vinculados, por ejemplo, a redes sociales. La IA debe ser fiable y ética. Es en elemento que va a eclosionar. Y para A Coruña, tener la primera agencia que se encargará de regular eso, con todo por hacer, es una responsabilidad enorme. Vamos a ser un modelo, un faro para el resto del mundo.