Hubo un momento para todo en una ciudad que no bajó un ápice el pistón festivo de los últimos días. Sin embargo, al carácter musical y comercial del sábado se le unió el Nonviolencia Activa Fest, una jornada reivindicativa y de concienciación que convirtió María Pita en un gran escenario y espacio para la creación.
A lo largo de toda la tarde se sucedieron talleres para los más pequeños, lectura de poesía, murales y charlas acerca de la amenaza constante a la paz en el mundo actual. Favorecieron a la participación la temperatura y la llegada de miles de cruceristas. Finalmente, los organizadores y los asistentes formaron un gran símbolo de la paz entre todos.
Por otra parte, los barrios de A Falperra y Monte Alto cerraron un fin de semana muy esperado, en el que finalmente acompañó la climatología y que hizo de sus fiestas el espectáculo por el que mereció la pena esperar. Especialmente activa resultó la jornada en la calle Industrial, en la que el comercio volvió a lanzarse a la calle para mostrar el trato cercano y las particularidades d ela compra de proximidad. No dejó de sonar la música en todo el día, hasta el punto final a cargo del humorista Manuel Manquiña y su banda de rock and roll.
No menos activo y fiestero fue el barrio de Monte Alto, que de nuevo hizo de la calle de la Torre uno de los epicentros de la ciudad. Aún con la resaca del multitudinario concierto de Baiuca, al que acudieron miles de personas, el barrio volvió a rendir y bailar por todo lo alto en la sesión vermú. Una vez más, las celebraciones de barrio resultaron determinantes para la hostelería y el comercio más próximo en el día a día.