Apenas habían pasado cuatro días desde la invasión de Ucrania del 24 de febrero de 2022 cuando
Masha Pavlenko y sus compañeros fundaron la Asociación Gallega de Ayuda a Ucrania (Aga-Ucraína). Su agrupación hizo lo posible por favorecer la situación de los refugiados tras huir de esta guerra que aún perdura en la actualidad. Pavlenko, como presidenta de esta entidad, participa en las movilizaciones por un conflicto que se mantiene desde hace dos años. Hoy, en el aniversario de la invasión, Aga-Ucraína se reúne en María Pita para reclamar que el mundo no se olvide de su país.
¿Cuando empezó a actuar en contra de la guerra?
Realmente, la guerra en Ucrania empezó en 2014. Ya llevamos diez años. Cuando aún estaba en Ucrania, viví la revolución del Maidán. Durante la anexión de Crimea, empecé a ser voluntaria en las ONG locales. Ayudé en lo que podía a nuestro ejército y a nuestro país. Después me mudé a A Coruña; y cuando estalló esa invasión a gran escala, no podía quedarme de brazos cruzados. Tengo familia y muchos amigos en Ucrania. Yo iba un mínimo de una vez al año. Nunca me desconecté del país ni de lo que estaba pasando.
¿Cómo nació Aga-Ucraína tras el estallido de la guerra?
Surgió espontáneamente de las primeras manifestaciones que hicimos en la plaza de María Pita. Durante los días en los que estalló la guerra, la gente salía a la calle a protestar. Allí nos vimos en la necesidad de hacer algo para ayudar a nuestro país y hacer algo para organizarlo. La gente tenía muchas ideas, pero había que poner un poco de orden para llevarlas a cabo.
¿Cuántos refugiados ucranianos hay en Galicia?
Calculamos, con los últimos datos oficiales que tenemos del año pasado, que eran sobre 3.000 ucranianos refugiados en Galicia. A día de hoy no tenemos una información exacta porque en marzo se renueva el permiso de residencia para la protección temporal. Hay gente que volvió y otros que acaban de llegar. Creo que son un poco menos, pero no mucho. Imagino que alrededor de 2.800 ucranianos.
¿Cómo trabaja Aga-Ucraína?
La organización ha cambiado bastante desde el primer año hasta ahora. Al principio teníamos un almacén con muchísimos voluntarios clasificando la ayuda humanitaria que nos traía la gente y las empresas. Todo esto se preparaba y se enviaba a Ucrania. El nivel de ayudas bajó bastante y ya no fue posible mantener ese almacén.
¿Eso ocurrió por qué la guerra empezó a tener menos impacto en los medios?
Los conflictos no se pueden mantener en los titulares de los periódicos durante dos años seguidos. La gente ve los problemas y quiere seguir viviendo su vida. Buscan tener un poquito de estabilidad, lo malo es que cada vez tenemos menos en el mundo. Es un gran error olvidar que la guerra en Ucrania sigue. Puede parece que esta muy lejos. Son 4.000 kilómetros, pero Rusia está lanzando misiles desde 5.000.
¿Actualmente dónde se ubican?
Nos trasladamos a una oficina cedida por Afundación en Cuatro Caminos. No tenemos una estructura fija para la gente. Sólo hay una persona a media jornada y el resto se hace con la ayuda de los voluntarios, la gente que sigue implicada. Casi todos tenemos nuestros trabajos y atendemos las necesidades de la asociación fuera del horario laboral. Aún así, seguimos atendiendo a los refugiados y mantenemos un grupo donde les informamos de las cosas importantes. También damos clases de refuerzo de español en la sede y seguimos haciendo concentraciones semanales. La de esta semana será la 105.
¿Considera que la respuesta internacional a la guerra es adecuada?
Es cierto que varios países hacen mucho para ayudar a Ucrania y apoyar a su pueblo, pero es vergonzoso que lo tengan que pelear. Hay estados dentro de la Unión Europea que se oponen al envío de ayudas. En Estados Unidos hay peleas para decidir si nos apoyan. Ahora mismo, la situación en el frente es dramática. La ocupación del pueblo de Avdiivka (Kiev) se produjo sólo por falta de armamento. En Ucrania sigue muriendo gente y continúan los bombardeos diarios. Los ucranianos no pueden dejar de luchar porque desaparece el país. Rusia lo está exterminando. Tenemos que defender nuestra existencia y una nación no puede defenderse con un palo. Si dejamos a Ucrania sola, los próximos serán los países de Europa.