El jueves por la noche, los Bomberos registraron un hecho insólito: un incendio doméstico. La peculiaridad es que el foco del incendio era un patinete eléctrico. Se había puesto a cargar en un dormitorio de una vivienda de la avenida de Finisterre y simplemente estalló, provocando un incendio que afectó a la habitación. El adolescente de 17 años que ocupaba la habitación sufrió una quemadura leve en la pierna, y ayer continuaba hospitalizado. Su madre, al día siguiente, reconocía seguir afectada por el susto.
“El patinete estaba enchufado y el niño y yo estábamos en el salón, y oímos una pequeña explosión –recuerda–. Cuando fuimos a mirar fue una explosión muy fuerte y salió mucho y enseguida vino mucho fuego. Fue algo muy llamativo, no había visto nunca una explosión tan fuerte”. El ruido llamó la atención de todos los de la casa. Junto al patinete en llamas, había otro, que también resultó dañado.
Afortunadamente, el joven había quedado con sus amigos diez minutos antes, y los otros adolescentes subieron a tiempo para participar en la extinción, arrojando cubos de agua sobre el patinete. Fue entonces cuando el hijo sufrió heridas en las piernas. “Fue mucho el miedo que hemos pasado”, asegura su madre.
“Es inexplicable. Cómo un patinete puede tener tanta potencia en su batería. Si el niño hubiera estado dormido, hubiera volado por los aires”, comentaba la preocupada madre. La explosión quemó otros objetos, como una mesa, una silla, y un segundo patinete.
En realidad, según informan los servicios de emergencia, es bastante habitual que los patinetes estallen durante el proceso de recarga. “A nivel nacional ocurre una o dos veces al día”, aseguran los bomberos. Pero hasta ahora, nunca habían tenido que acudir a un caso semejante.