Clientes escapando despavoridos de las terrazas, temor a caminar entre las zonas verdes y sensación de abandono, suciedad e indefensión. Lo que podría ser la descripción de una producción apocalíptica se ajusta a momentos, testimonios e imágenes de las últimas semanas en el barrio de Elviña, al que las ratas parecen haber cogido el gusto hasta el punto de echar raíces y asentarse como si de una familia más se tratase. Los vecinos, que se las prometían muy felices con la atención a sus reivindicaciones respecto al mantenimiento de las zonas verdes, vuelven a revivir la recurrida problemática con los roedores, según denuncia la asociación vecinal a través de su presidente Leandro García: “Los asociados claman para que se vuelva a realizar un trabajo de desratización, esto sigue siendo una plaga”.
Lo más preocupante para la población humana de Elviña es que se trata del mismo problema, pero con rostros diferentes. Y es que los vecinos han dejado varios relatos referentes al descubrimiento de crías y nidos. “Se han visto por todo el barrio, especialmente en la zona de la plaza de Isaac Díaz Pardo y Pajaritas”, explica García. “En una terraza de la calle de Vicente Ferrer se pudo ver a los clientes saliendo a la carrera; salían de los setos”, añade.
Vivir en Elviña y cruzarse esporádicamente con una rata se ha convertido en algo incluso habitual. Cuando el problema se hace insostenible, los vecinos alzan la voz e intentar hacerlo llegar a María Pita. Detrás de la insistencia está muchas veces la solución, como cuando en noviembre del pasado año se habló por última vez de plaga en la zona. Solamente once días después de hacer público el problema, el Gobierno de Inés Rey anunciaba la licitación de un contrato para luchar contra las plagas y desinfectar dependencias municipales. La inversión prevista para los trabajos de limpieza fue de 287.000 euros.
Lo que debía haber sido el principio del fin de los problemas parece haber tenido el efecto contrario a ojos de la comunidad vecinal de Elviña, ya que cuando las ratas se hacían demasiado presentes era habitual que el presidente, Leandro García, contactase directamente con la empresa encargada del problema. Ahora la puerta principal no responde y la alternativa no la conoce. “Según parece, se ha cambiado la empresa desratizadora, o la de antes ya no está, así que suponemos que el seguimiento que se hacía ya no se hace”, reflexiona. “En su momento se colocaron cepos, pero si no se renuevan poco efecto pueden hacer”, prosigue.
La presencia de ratas no es el único problema que inquieta a los vecinos. “Nos ha molestado que no se reunieran con nosotros para explicar el proyecto del carril bici y que no se publicase un plazo de alegaciones”, dice el presidente.
Además, respecto a la jardinería, vuelven a solicitar una mayor frecuencia de poda.
María Pita niega que haya roedores y dice que los cebos funcionan
A pesar de que el pasado mes de noviembre el Ayuntamiento anunció la licitación del nuevo contrato para la desratización, fuentes municipales aseguran que nada ha cambiado respecto a la lucha contra los roedores, e incluso niegan la presencia de los mismos en el barrio de Elviña. “No hay un problema de ratas en Elviña, la anterior empresa concesionaria aún está prestando los servicios y las trampas no caducan”, apuntan en referencia a la sensación de los vecinos de que éstas han perdido efectividad. A finales del pasado mes de junio, el presidente de la asociación vecinal ya había advertido en palabras a este diario de que las ratas se habían dejado ver de nuevo en la zona y solicitaba el cambio de unos cepos que desde María Pita consideran que funcionan a la perfección. Elviña es el lugar de la ciudad con denuncias más habituales al respecto, aunque cada vez de forma más constante.