Narcotráfico en O Castrillón: cuatro casas okupadas y un cartel que anuncia droga

Narcotráfico en O Castrillón: cuatro casas okupadas y un cartel que anuncia droga
El letrero se encontraba en la puerta de esta casa de Leira do Campo, pero fue retirado | Patricia G. Fraga

El barrio de O Castrillón fue el viernes pasado el escenario de la más reciente actuación policial contra el narcotráfico a pequeña escala: los agentes derribaron a mazazos la puerta de una casa baja ocupada y detuvieron a una mujer que se encontraba en su interior. Media hora después, los otros traficantes cambiaban la puerta y el negocio proseguía en uno de los cuatro puntos negros de trapicheo que salpican el barrio. 


Es más: el tráfico de drogas está tan normalizado que se atrevieron incluso se atrevieron a colgar un cartel irónico. Según los vecinos, fueron los propios traficantes, aunque fue retirado al día siguiente. En ella podía leerse que anunciaban una empresa ‘El Jinete S.L.’, e incluían el precio de todos los productos que ofrecían: caballo (heroína), hachís, hierba (marihuana), base (crack), cocaína, MDMA (un droga sintética, éxtasis), y pastillas. 
 

En un alarde de burla, incluían también un detallado horario según el cual los lunes cerraban, pero el martes (o sea, hoy) celebraban un festival, mañana un 2x1 en papelinas, el jueves “trae la pipa para fumar aquí” y el viernes, el festival de ‘la roca’ (hachís), y se permiten incluso hacer rimas: “sábado, sabadete, aquí corre el caballete” Por último “el domingo de gramos cerramos”. 
Normalización 

 

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Cartel pegado a la puerta


 

Tanto descaro por parte de los narcotraficantes generó bastantes comentarios entre los vecinos. No todos lo encontraron divertido, hartos ya del problema que suponen las drogas en su barrio. Sobre este particular, el presidente de la asociación de vecinos, Ramiro Otero, señala que el problema al que se enfrenta O Castrillón no es ajeno el resto de A Coruña: “Es verdad que hay una situación de normalización desde hace años”.
 

Como señala el representante vecinal, el fenómeno de las drogas en O Castrillón viene asociado con el de la okupación de viviendas bajas, abandonadas, donde los traficantes (muchas veces ellos mismos toxicómanos), se instalan. Inevitablemente se acaban convirtiendo en foco de problemas, cuando se producen peleas entre los adictos que se congregar en los alrededores, y cometen pequeños delitos como hurtos. 


La zona ya tenía antes un punto negro de tráfico de drogas, en Monelos, junto a la iglesia de Santa María de Oza, que también ha sido objeto de varias intervenciones del Grupo de Tráfico Medio de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado). Pero, desde hace unos años, el abandono continuado de algunas estructuras viejas, que  debían haber sido derribadas para construir nuevos edificios, proporcionó el hábitat ideal para que los toxicómanos se instalaran en la zona. 
 

Reincidente 

En los puntos más problemáticos se encuentra el número cinco de la travesía de la Cerca, donde la Policía Nacional ha actuando en dos ocasiones, en cuanto los vecinos les informaron de los movimientos sospechosos que estaban teniendo lugar en su interior. La primera vez que actuaron fue hace casi un año, y entonces detuvieron a tres sospechosos. Pero, como ocurrió en el último caso (que ha tenido lugar en Leira do Campo),  volvieron a las andadas casi inmediatamente, lo que llevó a una nueva intervención policial meses después. Casanova de Eirís es otro punto reincidente.
 

Otero considera que la labor de la Policía Nacional es adecuada: “Tenemos conocimiento de que están haciendo presión”. Sin embargo, solo pueden actuar hasta cierto punto, puesto que cada casa donde se vende droga es un domicilio privado, incluso si se está ocupando ilegalmente, y solo pueden actuar previo mandamiento judicial. Incluso así, lo habitual es que los traficantes no guarden apenas droga en el interior, porque saben que en cualquier momento pueden actuar. 
 

Para el representante vecinal, la solución es clara: las casas deben ser demolidas o tapiadas, y requiere al Ayuntamiento que actúe de oficio para hacerlo y luego enviar la factura a los dueños legítimos si es que ellos no quieren hacerlo. Consultado al respecto, el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, ha declinado hacer declaraciones. l

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