Después de meses de trabajo y de atascos, ayer la nueva del cruce de Ramón y Cajal con la avenida del Ejército amaneció asfaltada. El concejal de Infraestructuras, Francisco Díaz Gallego, confirmó que es un signo inequívoco de que las obras se acerca a su final. “Está prácticamente con su configuración definitiva con todos los bordillos”, aseguró. Solo quedan por ejecutar trabajos de jardinería, tanto en la isleta central como en los bordes laterales. “Confiamos en tenerlas lo antes posible”, añadió, sin comprometerse.
Díaz reconoció que las obras están generando molestias, y que comprendía la impaciencia de los conductores, pero quiso ser optimista: “Las obras van en plazo y a buen ritmo”. Quizá podrían estar listas el próximo mes, aunque el edil se cuidó mucho de señalar una fecha exacta.
El hecho de que las obras vayan en plazo se puede poner en duda. El proyecto, aprobado por el Gobierno de Marea, se licitó en abril de año pasado, con un plazo de construcción de seis meses y un presupuesto de más de 540.000 euros pero las obras no dieron comienzo hasta el tres de octubre así que podría decirse que acumulan un considerable retraso. En realidad, es la gemela de la que se abrió al otro extremo de Ramón y Cajal, el que regula el cruce con Alcalde Pérez-Arda.
El concejal destacó que las obras permitirán “una mejoría integral” del cruce, ya que se integra en él el carril bici con un bordillo, lo que permitirá favorecer “la movilidad alternativa”. Destaca también el edil que la zona se ajardinará, para hacerlo más “verde”, plantando nuevos árboles e instalando diez bancos de madera.
La rotonda es importante no solo porque ayudará a regular el tráfico de vehículos privados a motor, sino porque también permitirá ‘coser’ los diferentes tramos de carril bici que se han instalado en los últimos años. En este caso, el carril bici metropolitano, que también se ejecutó durante el mandato de la Marea Atlántica y que es el tramo más largo, aunque ha sido objeto de considerables críticas. l