Ya ha sido bautizada como la ‘La lista de los 30’ por el sector y ha conseguido lo casi impensable: unir a las diferentes áreas del ocio nocturno para alzar la voz. Y es que el hecho de que la Policía Local maneje el nombre de casi tres decenas de pubs como para posibles visitas para comprobaciones ha irritado sobremanera no solamente a potenciales afectados, sino a aquellos que se solidarizan con ellos y ven una amenaza para el normal funcionamiento de la actividad empresarial.
Y es que la primera preocupación del sector, más allá de multas, sanciones o amenazas de cierre, pasa precisamente por la supervivencia, y ésta por mantener a la clientela, algo que según el gerente de un establecimiento se hace complicado con la ‘espada de Damocles’ de forma continuada. “Si voy por la calle y veo a la Policía en un local, aunque no tenga nada que temer o no haya sanción, no entro porque pienso que está lleno de gente complicada”, afirma uno de los muchos hosteleros que quiso pronunciarse, pero prefiere quedar en el anonimato por miedo a que repercuta en su actividad. Básicamente, entienden que la presencia policial, no en la calle sino en el interior de los pubs, espanta y resulta disuasoria.
Tiempos pretéritos
Otro propietario va más allá y habla de “caza de brujas” y “lista negra” para referirse al manual de actuación de las fuerzas de seguridad, a las que pide un comportamiento ejemplar. “Queremos certidumbre en las notificaciones, estamos cansados de que sean de viva voz y en casa o tu propio negocio, como si fueras un delincuente; es ilegal e inmoral”, denuncia.
Por su parte, un homólogo de otra zona diferente que también prefiere el anonimato habla de “trazabilidad” en los movimientos. “Hacer fotos de los DNI, del interior de los locales... ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar, dónde va esa información y cuál es la guardia y custodia? Los profesionales han de ser rigurosos”, advierte.
Finalmente, el sentir es de “sorpresa con la ‘lista de los 30’, porque es un atentado contra la libertad y solicitamos que dé un paso al frente la Fiscalía, son prácticas propias de países tercermundistas o de tiempos pasados, y nos sorprende en un Gobierno que se dice progresista”.
Otro punto en el que coinciden todos los empresarios o responsables de locales es que la presencia policial es importante, pero “en una situación de igualdad”. Califican el trabajo de las fuerzas del orden en el exterior como “algo positivo, porque hay gente que grita y nos afecta a todos”.