La noche de ayer fue agitada para todo el mundo en A Coruña, que trató de conciliar el sueño a pesar de los truenos, pero resultó especialmente dura para la duna, que se vino a bajo por la fuerza del oleaje. A estas horas, no queda prácticamente nada del obstáculo.
Los operarios de la concesionaria de limpieza municipal están baldeando la calzada de toda la arena que ha esparcido 'Herminia' aprovechando la bajamar. Sin embargo, la marea está subiendo de nuevo y la pleamar se espera para la cuatro de la tarde.
Mientras tanto, en las calles de la ciudad, los numerosos rayos que ha descargado la tormenta también han afectado a los semáforos. La Policía Local ha tenido que controlar de forma presencial el cruce de la avenida de A Sardiñeira con la ronda de Outeiro.
En todo caso, en el mar, la alerta roja ya ha pasado, y el tiempo parece haber dado una tregua después de una noche agitada, en la que los Bomberos tuvieron que acudir a varias incidencias por daños en edificio: calle Belgrado, Santandaer, SAnta luisa Marillac, Pasadizo de Pernas, Luciano Yordi Carricarte y Hospital. Ahora toca afrontar la siguiente borrasca.