Que el paro creció por tercer mes consecutivo en la ciudad y que, por tanto, se completa un trimestre parcial especialmente negativo en lo que a datos de empleo se refiere son dos realidades irrefutables con los datos en la mano. Sin embargo, como en cualquier tema de números, se trata también de una cuestión de interpretación y de respecto a qué y en qué perspectiva se valoran.
Y es que lo cierto es que la ciudad ha perdido 85 empleados respecto al mes de septiembre, y que en el parcial de los últimos tres meses son prácticamente 300 menos las personas empleadas. Sin embargo, podría aplicarse aquello de ‘no estamos tan mal’ comparado con años anteriores. Y es que los 13.736 parados que registró la ciudad al final del pasado mes marcan una cifra mucho menor que en los siete años anteriores. Hace justo un año eran 14.621 los desocupados en A Coruña, prácticamente un millar más que ahora. En 2021 la cifra era de 15.550, casi 2.000 más. Eso, sin tener en cuenta los problemas derivados de la pandemia. Sin embargo, seis años atrás, en 2017, eran 16.689 los protagonistas de esa lista del paro, tres millares más que en la actualidad.
En femenino
Una tendencia que se mantiene tanto en A Coruña y el área metropolitana como en el resto del panorama a nivel nacional es la reducción del paro femenino. Es común ese dato a la ciudad como a muchas de sus poblaciones, como es el caso de Betanzos. Una de las explicaciones pasa por la contratación en el sistema educativo con motivo del inicio de curso o del apoyo de actividad extraescolares, y en su mayoría esas contrataciones las marcan mujeres.
También dentro del análisis sectorial el gran trasatlántico del empleo coruñés, el sector servicios, calca literalmente los resultados respecto al mes anterior: un total de 10.285 trabajadores de la hostelería, comercio y demás se encuentran en búsqueda activa de empleo. Lo que sí varía es el porcentaje respecto al total, más bajo en el mes de octubre.
En el área metropolitana, del mismo modo que la industria betanceira destruyó empleo muy por encima del ritmo habitual, la construcción redujo su número de desempleados por encima del punto porcentual, una tendencia muy semejante a la del sector servicios.