En los últimos años, las autoridades han advertido repetidamente sobre un repunte en el consumo de heroína, pero es difícil de cuantificar. Entidades como la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad) aseguran que no han percibido un gran incremento de usuarios buscando desintoxicarse de esta sustancia. Lo que sí se sabe es dónde se consume más: en el parque de Oza, que concentra el 84% de las jeringuillas recogidas en la ciudad.
La cifra procede de la Fundación Érguete, que desde hace años mantiene el programa Sísifo de recogida de hipodérmicas. La retirada de jeringuillas de zonas de la ciudad tiene por objetivo evitar un problema de salud pública y localizar posibles grupos de personas consumidoras para intentar mejorar su situación y evitar que dejen restos tirados en zonas públicas.
En los tres primeros trimestres del año, se recogieron 407 jeringuillas, mientras que en años anteriores se recogían 431. Desde la Fundación Érguete consideran que “no es algo exagerado y, a medida que se va en otras ocasiones, los restos van disminuyendo”.
Lo que llama la atención es que la mayor parte de estas hipodérmicas se encontraron en el parque de Oza, nada menos que 343. Esto no es una sorpresa, puesto que los vecinos de O Castrillón han denunciado a menudo el consumo de heroína en esta zona verde, situada aledaña al Instituto Monelos, junto a cuya valla los toxicómanos acuden a pincharse.
Los miembros de la Fundación Érguete hacen salidas periódicas para tratar de retirar todo este material médico. Sin embargo, también recogen jeringuillas en su sede del Barrio de las Flores, así que hay que sumar otras 48 hipodérmicas a las 407.
El programa Sísifo atiende a una media diaria de 25 personas, y en los primeros nueve meses del año, atendieron a 173. A 40 las derivaron a la Unidad de Atención a la Drogopendencia.
Desde esta entidad piden consideración: “La personas a las que atendemos están en situación de calle, con consumos o no, y sufren mucha discriminación”.