Aunque fueran en su día el único método de garantizar la accesibilidad, para el peatón del siglo XXI, las escaleras se han convertido en una barrera para la movilidad. En A Coruña hay casi treinta. Aunque se concentran en barrios como Monte Alto, O Castrillón y A Falperra, es fácil descubrir alguna en casi cualquier rincón de la ciudad. Los vecinos solicitan a menudo que se sustituyan por ascensores o, por lo menos, por sus equivalentes mecánicos, pero no es algo fácil (ni barato) de hacer.
En este campo, A Coruña puede ofrecer al visitante una amplia variedad, no solo de tamaños, sino también de estilos. Destacan, por supuesto, las escalinatas que se encuentra en el centro de la ciudad, y que todo el mundo conoce: San Jorge (29 escalones), San Agustín (17), muy cerca de la del Eco (50), la de Puerta de Aires (73) o la de Marqués de Cerralbo (53). Estas últimas se levantan como un muro que causa desánimo al que se sitúa a sus pies y vértigo desde lo alto.
Pero todas se quedan pequeñas (o cortas) al lado de la más alta de todas: la de Maestro Clavé, que une Juan Flórez, con Doctor Fleming. Nada menos que 97 escalones, la única de las escalinatas coruñesas que se encuentra cerca de los tres dígitos. Es un número que produce desmayo, pero hace tiempo que se instaló una escalera mecánica para ayudar a salvar sus numerosos tramos, aunque a menudo se averíe. Si se camina un poco más por Juan Flórez se llega a la calle Pozo, recientemente rehabilitada, donde no existe ayuda mecánica para salvar sus 70 escalones.
Siguiendo el mismo camino, y bajando hasta la ronda de Nelle, quedan a mano derecha otras larguísimas escalinatas, mucho menos transitadas. Se trata de la tercera escalinata más larga de la ciudad, con nada menos que 85 escalones que la unen con la calle Falperra. Un poco más arriba, esta conexión entre la ronda de Nelle y A Falperra se refuerza con otra escalera, mucho más ancha, pero también menos alta, de 76 escalones. Y justo al otro lado de la ronda, más peldaños descienden hacia San Pedro de Mezonzo, con 42 escalones.
A partir de Juan Flórez el terreno se levanta, y eso lo saben mejor que nadie los sufridos coruñeses, que tienen que escoger entre cuestas y escalones. La calle Nicaragua (17) salva un desnivel pequeño con la avenida de Arteixo. Un poco más arriba, esa misma vía conecta con Ramón Cabanillas (22). Los escalones permiten que vías que, de otra manera serían simples callejones sin salida, lleven a alguna parte. Otro ejemplo de ello es la pequeña calle de Historiador Vedía, que une Ciudad de Lugo con Magistrado Manuel Artime. Ocupa el cuarto lugar en el ranking coruñés con 77 escalones.
Un caso interesante es el de la Merced, una calle que discurre paralela a la avenida de Oza. Alberga nada menos que cuatro escalinatas. Entre ellas, la galería Os Castros, un túnel serpenteante cubierto de grafitis que cuenta nada menos que con 90 escalones distribuidos en doce tramos. La segunda más larga de la ciudad. A su lado, la de Laureano Mediante, con 29 escalones, un poco más abajo, parece enana, y lo mismo ocurre con las dos que se encuentran a la altura de su cruce con Pintor Seijo Rubio, de 39 y 56 escalones, respectivamente. Muy cerca se sitúa la de Pintor Villar Chao, que está sufriendo un reforma para incorporar un ascensor que evite que los vecinos tengan que subir sus 44 escalones. Y, al otro lado de la avenida de Oza, siguiendo el desnivel hacia el mar, se encuentra la de Alejandro Barreiro (34).
En el barrio de Cuatro Caminos se encuentra la de Santa Lucía (46), una de las más grandes, por lo menos a lo ancho, y que compite en monumentalidad con la de San Jorge (29), aunque con estéticas muy distintas. La verdad es que, aunque parezcan eternas, la mayor parte de las escaleras de A Coruña tienen menos de 50 escalones, pero no por cortas resultan menos útiles.
Algunas son tan poco concurridas que parecen más bien escaleras de una comunidad de vecinos, en cuyos rellanos se abren varios portales. Muchas de las escaleras mencionadas, como las de Clavé o Puerta de Aires, son un ejemplo muy claro, como lo es la que une Adelaida Muro con Ángel Rebollo. Actualmente se encuentra en obras, pero antes de que sus escalones fueran demolidos para construir una escalera mecánica, sumaban 42. No es la única que hay en Monte Alto. Al otro lado del barrio se encuentra la plaza de Indalecio Prieto y conectando el barrio con el Paseo Marítimo, varias escalinatas más, o la casi desconocida que une Touro con General Caridad Pita, todas de menos de 50 peldaños. Aunque entre las más anónimas se encuentra la de Montes, oculta por la maleza de O Castrillón, con 37 escalones que llevan hasta Antonio Ríos.
Probablemente la escalera más pequeña que sirve para salvar un desnivel entre dos calles se encuentra en la Palloza, y es la de Rafael del Río (13).
Enumerarlas todas es casi tan cansado como subirlas, pero resulta bastante menos sano. Los que tengan que enfrentarlas a diario, pueden consolarse sabiendo que se quema una caloría por cada diez peldaños.