Estos días los jabalíes se dejan ver por A Coruña a menudo, trotando por las calles coruñesas para asombro de los transeúntes, que se apresuran a grabarlos con el teléfono móvil. Normalmente estos avistamientos se dan durante la noche, cuando los cerdos salvajes son más activos. Pero ayer, de madrugada, una piara que rondaba por las zonas verdes de Alfonso Molina se vio sorprendida por el amanecer y acabó escondiéndose en unos matorrales tras el Club Financiero, donde la Policía Local montó vigilancia. La Policía Local necesitó utilizar un dron para localizarlo mediante infrarrojos.
El peligro era evidente: los cerdos podían salir a la calzada en cualquier momento, lo que podía provocar accidentes en una zona de tráfico tan denso como Alfonso Molina. Por otro lado, la Policía Local no está equipada para tratar con animales salvajes, de manera que un coche patrulla estuvo toda la mañana vigilando la zona, dispuesta a cortar el tráfico si, finalmente, los jabalíes se decidían a salir de su escondite.
Según fuentes policiales, los cinco jabalíes aparecieron en el túnel de Eirís durante la noche y la Policía Local trató de expulsarlos de la ciudad empleando los coches pero, finalmente, la presencia de más coches patrulla de la Policía Nacional acabaron por alterarlos. Los puercos decidieron refugiarse en la zona verde detrás del Club Financiero (que parece destinado a acoger okupas de un tipo u otro), tras levantar el césped de la zona en busca de gusanos, su alimento preferido. También alertaron al Seprona de la Guardia Civil.
Sin embargo, al amanecer nada había cambiado: los jabalíes seguían allí, invisibles en una pequeña hondonada cubierta de espesura, y los policías locales no tenían ninguna intención de entrar a buscarlos. No solo porque sería peligroso, sino porque no serviría de nada hasta la noche, cuando será posible expulsarlos de vuelta a los montes.