Si nos ceñimos a los hechos estrictos, Pablo Ruiz Picasso nació en Málaga, pero todos los lugares que habitó tuvieron una impronta en su ser personal y artístico, así como el propio Picasso dejó su huella allá donde iba. Esos lugares ya son reconocidos como ‘Ciudades Picassianas’ y serán partícipes de las celebraciones del 50 aniversario de la muerte del genial artista. A Coruña no será menos y, al amparo de la Xunta de Galicia y del Ministerio de Cultura, el Museo de Belas Artes acogerá desde marzo la exposición ‘Picasso. Branco no recordo azul’, que ahonda en la infancia del pintor en la urbe herculina y cómo esta acabó influyendo en su futuro.
La exposición abrirá sus puertas el 23 de marzo y se prolongará hasta el 25 de junio. El espacio donde se desarrollará, Belas Artes, acogió ayer el acto de presentación de la misma, del que fueron partícipes el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, el director xeral de Cultura, Anxo M. Lorenzo, el delegado territorial de la Xunta, Gonzalo Trenor, la directora del museo, Ángeles Penas, y los tres comisarios de la muestra, Rubén Ventureira, Malén Gual y Antón Castro.
‘Branco no recordo azul’ estará compuesta, tal y como apuntaba Penas, por 120 piezas procedentes de más de una treintena de prestadores, tanto internacionales como nacionales, pertenecientes tanto a colecciones privadas o institucionales. Abanca, el Ayuntamiento de A Coruña, el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Reina Sofía, el Museo Picasso de Málaga, la Real Academia de Belas Artes de San Fernando o el Museo Casa Natal de Picasso malacitano son algunos de los prestadores.
Penas destacaba ayer que Picasso fue el “artista máis revolucionario do século XX”, algo que también remarcaba el conselleiro de Cultura, que se refería al artista como un “icono con enorme valor simbólico en todo o planeta”, además de ser inspiración de “milleiros de artistas”. Rodríguez destacaba también que el legado de Picasso fue uno de los “puntos culminantes do século XX”.
La exposición “é un traballo conxunto, que non naceu onte”, apuntaba el titular de Cultura para reivindicar la multitud de prestamistas internacionales que cederán obras a la muestra.
A Coruña se une así a la programación internacional oficial que conmemora el medio siglo del fallecimiento de Picasso. Pero habrá también actividades paralelas, como las que ya ha ido desarrollando el Ayuntamiento de A Coruña, del cual Rodríguez apuntó que habrá colaboración para realizar propuestas paralelas a la muestra.
La inmensa mayoría de las piezas que se mostrarán son creaciones del artista, pero no solo pictóricas, sino que también habrá un espacio dedicado a la faceta escritora de Picasso, faceta que nació en la ciudad herculina, con los periódicos manuales que creó durante su estancia coruñesa. “Aquí comezou a súa relación coa literatura”, apuntaba Rodríguez.
Uno de los comisarios, Antón Castro, puntualizaba que la muestra no buscará dar respuestas, sino que nos hagamos preguntas, como “Que queda daquel adolescente?”, “Que deudas tiña Picasso coa Coruña?” o “Que queda do Picasso coruñés?”.
Castro ahondaba ayer, durante la presentación, aún más en la huella que A Coruña tuvo en el desarrollo artístico y personal del creador. Y es que el comisario apuntaba, por ejemplo, que “nunca Picasso volveu a ser tan perfeccionista” y que fue en la urbe herculina donde “nace o amor polos animais”, que empezó a verse con las representaciones de Clíper, su perro coruñés, y que en el futuro continuó creando diferentes animales.
El conselleiro también resumía la importancia de la exposición asegurando que “moi poucos coñecen a importante vinculación con Galicia” y el cariño que le guardaba a A Coruña, ciudad a la que “quería volver”, aunque no pudo.
El discurso de la exposición se dividirá en diez secciones “cunha escolma das obras máis representativas” de su periodo coruñés. Así, habrá un espacio, como se mencionaba, a su vertiente literaria y otra al cubismo, del que Castro aseguraba que su “protocubismo” nació durante su periodo herculino.