Cocaína, cannabis, MDMA, anfetaminas, hachís e incluso viagra. Todo esto estaba a disposición de los clientes del clan familiar que fue detenido en octubre de 2023 por la Policía Nacional. El cabecilla había metido en el negocio a su sobrino, a sus dos hermanastros e incluso a la que fue su pareja. Ahora la Fiscalía pide para él una pena de nueve años de cárcel por un delito contra la salud pública, y otros cuatro años por formar parte de un grupo criminal, además de una multa de 235.0000 euros.
Para sus cómplices, el Ministerio Fiscal pide penas más leves por los mismos delitos aunque, en el caso del sobrino, se tiene en cuenta la circunstancia atenuante de consumo de alcohol y drogas. A pesar de ello, solicita la misma multa que para su tío, así como el cierre de su pizzería, desde la que traficaba, por lo menos durante cinco años.
La pena que pide para el sobrino el fiscal es de nueve años en total, mientras que para los hermanastros es de cinco y para la exnovia –cuyo apodo es ‘nena’–, la petición es de más de cinco años de prisión.
La investigación del Grupo de Tráfico Medio de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) comenzó, como suele ocurrir, por denuncias ciudadanas que señalaban que había un clan que operaba en unas viviendas sociales. Según pudieron descubrir los investigadores, no tenían una estructura bien definida, ni permanecían en el grupo, pero si obtenían beneficio y se repartían el dinero.
Operaban en cuatro puntos distintos, separados entre sí por solo 200 metros, así que se procedió a una vigilancia durante varios días y descubrieron que el principal implicado era el supervisor. Los ‘clientes’ venían a los domicilios de los sospechosos y a la pizzería para comprar la droga, o en otros puntos si lo acordaban por teléfono.
En enero del año pasado, el juez autorizó la entrada y registro de los cuatro lugares, y la Policía Nacional encontró en ellos todo lo que esperaba: incluida una libreta donde figuraban nombres y cantidades, además de otras anotaciones y dinero en efectivo.
En cuanto a la droga, contando todas las papelinas, la Policía Nacional se incautó de 335 gramos mientras que el resto de las drogas (resina de cannabis, MDMA, pastillas de Viagra) no llegaban al gramo. El valor total de la droga intervenida supondría 84.486 euros en la calle. A esto hay que añadir varios teléfonos móviles que usaban para contactar entre ellos y con los compradores. Todos los detenidos, además, eran reincidentes, la mayoría por tráfico de drogas.