Las mareas vivas que se están viviendo estos días en A Coruña vienen a animar un verano en el que el mal tiempo ha sido dominante. Durante junio y julio se han sucedido los días grises, y en varias ocasiones este mismo mes ha lloviznado. Pero eso no significa que los socorristas hayan estado mano sobre mano: por el contrario, la actividad de los servicios de emergencia ha sido la misma que en anteriores años, de una manera muy parecida a 2023. Se han producido una media de seis incidentes al día, la gran mayoría sin importancia.
“A pesar del mal tiempo, las playas se llenan en cuanto sale un rayo de sol. Este años nos hemos encontrado mucha gente de fuera”, comentan los servicios de emergencia. Por el momento, los incidentes más graves fueron las dos muertes por infarto registradas en la playa de Riazor y Orzán, El 24 de julio, un hombre de casi 80 años murió alrededor de la una de la tarde de ayer en la playa del Orzán. Se encontraba en la orilla en el momento de los hechos, y cayó fulminado, quedando flotando sobre el agua boca arriba.
Dos días antes, otro bañista de 90 años había fallecido en la orilla de Riazor. En ambas ocasiones, el infarto fulminante hizo que resultará inútil la asistencia de los socorristas primero y de Urgencias Médicas después. En ninguno de los dos casos murieron ahogados, sino que la muerte se produjo por fallo cardíaco, aunque la impresión que produjo el agua fría y el contraste con el calor pudo tener algo que ver.
En cuanto a las noticias de medusas que han recorrido las redes sociales estos días, las mismas fuentes apuntan a que se han divisado apenas unos pocos ejemplares, y no se han registrado picaduras. Otros animales molestos, como los escarapotes, han hecho acto de presencia sobre todo en la playa de San amaro, donde se concentran los ataques a pesar de su pequeño tamaño.
Por el momento, el incidente más importante es el que se dio esta semana con las mareas vivas. El miércoles se tuvo que evacuar la playa del Orzán por las grandes olas llegaron a lamer el pie del Paseo Marítimo. Esto obligó a los socorristas a cerrarlo al público, así como el arenal de Matadero, durante más de dos horas, hasta que comenzó la bajamar. No es la primera vez que hay que adoptar esta precaución, porque se hizo a principios de julio, pero el miércoles fue la primera vez que se hizo con la playa llena de público. Como siempre, no todos los bañistas se mostraron colaboradores, a pesar de la presencia de la Policía Local.
“Incluso hay madres con niños pequeños, que apenas saben andar, que se acercan demasiado a la orilla y cuando les dices que no se acerquen le quitan importancia”, comentan. Estos días, en los que ondea la bandera roja, es más importante que nunca seguir las instrucciones de los socorristas. Ayer hubo de nuevo mareas vivas, y se espera que vuelvan hoy, pero esta vez quizá sea necesaria una nueva evacuación, porque vendrá acompañada de oleaje.