“Sembradas” de algas. Así amanecieron las playas de Riazor y el Orzán ayer tras un episodio de mareas vivas que, vinculado a la pleamar de las siete de la mañana, dejó una imagen poco habitual en los arenales urbanos coruñeses. La fuerza del oleaje –en una jornada en la que estaba activado el aviso amarillo por olas de más de cuatro metros– combinada con la etapa de mayor altura de la mar por la mañana, hizo que el agua llegase incluso a rozar los muros del Paseo Marítimo, aunque sin ocasionar ningún tipo de daño.
Ya por la tarde, en la segunda pleamar del día, la situación no fue tan preocupante, pero las olas volvieron a ocupar buena parte de las playas.
Así, si por la mañana las olas llegaron a anotar una altura de 3,59 metros en Riazor y el Orzán, según datos de Puertos del Estado, por la tarde los picos ya se quedaban en los dos metros.
El episodio de fuerte oleaje fue el colofón a una semana de tiempo muy desapacible, que provocó numerosos accidentes de tráfico relacionados con la lluvia. Las precipitaciones acumuladas desde el lunes, según la información aportada por MeteoGalicia, y hasta las ocho de la tarde de ayer, llegaban hasta los 46,2 litros por metro cuadrado, con el lunes como la jornada más problemática, cuando se registraron 24 litros por metro cuadrado.
Durante el día de hoy seguirá la inestabilidad en A Coruña, con chubascos persistentes toda la jornada, aunque no está ya decretada ninguna alerta por meteorología adversa.