El policía nacional tiroteado en Burgos reventó tres taquillas en Lonzas para robar el arma

El policía nacional tiroteado en Burgos reventó tres taquillas en Lonzas para robar el arma
Coche patrulla de la Guardia Civil tiroteado / EP

Poco antes de las cuatro de la madrugada de ayer, un policía nacional de 46 años, destinado en A Coruña, murió tiroteado por agentes de la Guardia Civil en una gasolinera de Burgos. El insólito incidente tuvo lugar después de que el fallecido, natural de Ferrol, que se encontraba de baja psicológica, robara un arma de fuego en una taquilla de la comisaría de la Policía Nacional en Lonzas y luego emprendiera una huida hacia Burgos, donde fue interceptado por la Guardia Civil. Fue el primero en abrir fuego para luego morir cuando los agentes del Instituto Armado respondieron al fuego. 

 

Gasolinera tiroteo Burgos
Gasolinera tiroteo Burgos

 

La noticia causó consternación entre los agentes coruñeses, aunque no sorpresa: los que conocían al fallecido señalaban que era consumidor de drogas. Además, había perdido la placa en varias ocasiones, por lo que se le había abierto expediente y su arma había aparecido relacionada con un tiroteo, como descubrieron los servicios de balística de la Policía Científica. Por si fuera poco, su nombre había salido a relucir en investigaciones de pisos donde se vendía droga. Su puesto habitual era en el control de seguridad, en la puerta de la comisaría de Lonzas, pero llevaba meses de baja psicológica y se le había retirado el arma, como es habitual en estos casos.

 

Robo del arma 

Todo se precipitó en la mañana del martes, cuando acudió a comisaría a realizar algún trámite. Se especula con que tenía intención de que le devolviera el arma, pero no fue así  Poco después, bajó a los vestuarios y comenzó a reventar taquillas en busca de una pistola: la encontró al tercer intento. Luego abandonó la ciudad en un coche robado, según fuentes cercanas a la investigación y abandonó la ciudad. 

 

No se sabe cuál era su destino final, pero se radió un aviso desde A Coruña. Poco antes de las cuatro de la madrugada, la patrulla de servicio del puesto principal  de Burgos de la Guardia Civil recibió el aviso de que una persona armada circulaba con un vehículo sustraído por la autovía A-231, sentido Burgos. Le localizaron y le dieron el alto en un rotonda, en la localidad de Tardajos. Mediante el megáfono, le ordenaron que se bajara del coche, y así lo hizo, pero con el arma en la mano y para efectuar varios disparos. Afortunadamente, ninguno de los guardias civiles resultó herido aunque puede que el coche patrulla recibiera algún impacto. 

 
El fugitivo salió por la puerta del copiloto, todavía pistola en mano y encañonó a un coche patrulla de la Guardia Civil. Fue entonces  los agentes de Tráfico y de Seguridad Ciudadana del Instituto Armado que habían llegado al lugar para prestar apoyo, junto con las patrullas de Policía Nacional abrieron fuego. Increíblemente, aún moribundo, se levantó y apuntó a un guardia civil, antes de derrumbarse definitivamente.  

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