La Guardia Civil del Puesto Principal de Culleredo detuvo hace unos días a un vecino de la localidad implicado, presuntamente, en actividades relacionadas con el tráfico de drogas. En la operación se intervinieron seis dosis de fentanilo, algo que no se había dado todavía en A Coruña ni su área metropolitana. Fuentes del Instituto Armado aclaran que los 25 microgramos incautados correspondían a dosis de medicamento y no a la droga sintética que azota Estados Unidos. De momento, señalan, “es novedoso, pero no significativo”.
El fentanilo es un fuerte opioide 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Al igual que esta última, por lo general se receta a pacientes con dolores intensos o crónicos. Lo que ocurre es que, tal y como ha pasado en el país norteamericano –donde se le conoce como la ‘droga zombie’– este opioide sintético llega a las calles tras ser elaborado en laboratorios y mezclado con sustancias como la heroína, cocaína y metanfetamina. Todo ello compone un cóctel fatal que en Estados Unidos ha desembocado en una epidemia de sobredosis.
Las dosis intervenidas en Culleredo podrían haber sido obtenidas con receta médica, aunque “esto no quiere decir que no se haya adquirido para trapichear”. Si bien la incautación no es tan “alarmante” como si de la droga se tratase, “es un medicamento que mal usado, como otros tipos, puede colocar en un momento dado”. La Guardia Civil, por lo tanto, no considera que haya alarma, aunque habrá que ver “cómo evoluciona” esta situación.
Lo cierto es que algunos pacientes de la Asociación Ciudadana de Lucha Contra la Droga (Aclad) manifiestan que el fentanilo ya está en las calles coruñesas. “Los pacientes dicen que hay fentanilo en las calles, pero no el de laboratorios caseros, sino el farmacéutico. Alguien se lo encuentra y lo vende”, afirma la psicóloga de Aclad, Mayte Lage, quien considera que, si esto se confirma, es algo “preocupante”.
En la asociación, por el momento, no se ha visto ningún caso de adicción a la droga sintética. “La excepción es algún paciente que fue a la Unidad de dolor, abusó del medicamento y viene a desintoxicarse”, comenta. Se trata, por lo tanto, de “casos puntuales”. “Si se empieza a traficar y a vender, nos tendría que llegar. De momento no tenemos casos pero seguimos a la expectativa”, añade Lage.
La psicóloga de Aclad advierte de lo “potente” que puede llegar a ser la adicción tanto a la droga sintética como al opioide recetado. “El hecho de que sea poca cantidad no significa que no sea grave”, concluye.