Uno de los principales problemas del verano es lo rápido que discurre. Apenas ha empezado la temporada de baño oficial y ya ha pasado el primero de sus tres meses. Es la primera en la que la zona de O Parrote es considerada de forma oficial una zona de baño que tiene que ser vigilada también por los socorristas. Pero de los cerca de 200 intervenciones contabilizadas, solo una docena se han producido allí. Aparte de eso, hay que lamentar una muerte en la playa de Riazor, no por ahogamiento, sino por infarto.
Esta tragedia tuvo lugar el pasado jueves, cuando un bañista de 88 años que se encontraba en Riazor sufrió un infarto al meterse en el agua. Era el mediodía, y probablemente el choque térmico que experimentó la víctima fue lo que provocó el fallo cardíaco. Aunque los socorristas lo sacaron inmediatamente del agua, poco pudieron hacer, habida cuenta de el octogenario sufría problemas de salud. A pesar de que se le practicó la respiración cardiopulmonar, falleció poco después. Conviene recordar que la del jueves no fue la primera muerte en lo que va de verano: el día antes de que comenzara la temporada de baño. Es decir, de que los socorristas comenzaran a vigilar los arenales, otro hombre falleció en el Orzán, nada más salir del agua, y por causas parecidas.
Por supuesto, la gran mayoría de las casi 200 incidencias que atendieron los socorristas fueron leves. En el caso de O Parrote, destacaron los cortes que se produjeron los bañistas contra las rocas del Paseo Marítimo pero, a pesar de todo, la popularidad de esta zona de baño quedó reflejada en el hecho de que dio más trabajo a los socorristas que otras playas pequeñas, como la de As Lapas.
En general, los servicios de emergencia consideran que la temporada de baño está siendo bastante tranquila, habida cuenta de la ola de calor ha llevado a una gran cantidad de público a refrescarse a las playas. En los últimos años, en A Coruña no se ha registrado ninguna muerte por ahogamiento en las playas (el último caso fue la de una joven ourensana en Semana Santa) y la intención de las autoridades es que sea así. Como siempre, las playas más problemáticas son las que más asistencia registran. Es decir, Riazor y Orzán, pero incluso en estos arenales los incidentes se mantienen dentro de lo esperado.