Pocos dirían al pasar por el estanco y administración de lotería situado entre la avenida de Finisterre y Barcelona que el premio de la Primitiva de más de 55.000 euros hubiese tocado allí.
Al igual que cualquier otro día, las encargadas despertaron sin grandes festejos, sino que realizaron su día a día con normalidad; solo alguna felicitación o la aparición de los medios, les recordaba que habían vendido participación del número ganador.
"Siempre es agradable dar premios, pero por ahora no notamos nada porque aún es un poco pronto", comentó entre risas la lotera, Patricia García, antes de asegurar que "la gente aún no se ha enterado".
"La Primitiva se suele ser vender mucho, pero no sabemos si nos compraron más que el que vendimos", añadió García. También recordó que la administración ya logró cinco aciertos por un premio de 31.000 euros el pasado mes de julio.