Nació con la intención de trasladar fuera de la ciudad los tráficos más peligrosos tras los accidentes acaecidos en las costas gallegas, como el ‘Urquiola’ (1976), ‘Mar Egeo’ (1992) y ‘Prestige’ (2002). Hace doce años, en 2012, el Puerto Exterior de A Coruña acogió las primeras operaciones de carga y descarga de mercancía, no exento de las polémicas sobre la que es la obra pública más grande en Galicia.

El principal motivo que hizo poner en tela de juicio esta infraestructura que transformó la urbe y que precisó de una inversión de 1.000 millones de euros, además de las discrepancias políticas, no es otro que la deuda que arrastra la Autoridad Portuaria. Puertos del Estado concedió 200 millones de euros al organismo coruñés, que todavía debe hacer frente a las amortizaciones de este crédito, además de las del Banco Europeo de Inversiones. Sin embargo, más de una década después, el Puerto Exterior de Langosteira de 190 hectáreas, se queda sin espacio libre, fruto del éxito e interés de las empresas por instalarse en sus terrenos. “Nos lo quitan de las manos”, señalan fuentes de la Autoridad Portuaria.

Concesiones

En la actualidad, no solo hay superficie solicitada u otorgada en vías de desarrollo, sino que algunas de las empresas que más tiempo llevan en Langosteira, como Terminales Marítimos de Galicia, Pérez Torres Marítima o Galigrain, han ampliado sus naves y concesiones, “prueba de que están satisfechas”, consideran. La ampliación de la terminal del gigante Repsol ronda las treinta hectáreas, y el espacio reservado para las compañías ligadas a la construcción ‘offshore’ –eólica marina– suma más de 117 hectáreas.

La instalación de estas empresas está en tramitación; es decir, se están analizando los proyectos y las medidas de carácter medioambiental. Estas empresas son Ferrovial, Cobra, Navantia, Acciona, la vasca Saitec, Esteyco, Amper y Gri Renewable. También se desarrollará en esta superficie la planta de Fisterra Energy (del fondo Blackstone).

Algunas de las compañías que más tiempo llevan en Langosteira han ampliado sus naves y concesiones

Por su parte, la concesión de Armonia Green ocupará 9,8 hectáreas de superficie. El último anuncio de una posible concesión llegó a finales de julio, cuando la Autoridad Portuaria puso a en conocimiento del público que Boortmalt Spain, filial de uno de los grandes proveedores de Hijos de Rivera, quiere construir y explotar una instalación de recepción, tratamiento, producción y despacho de productos agroalimentarios en la zona B2 del Puerto Exterior de Punta Langosteira. La multinacional pretende ocupar una superficie de 57.000 metros cuadrados e invertir, en una primera fase, más de 121 millones de euros. Correspondería a 5,87 hectáreas.

También está en vías de desarrollo la planta de producción, almacenamiento y distribución de hidrógeno verde Green H2, de Enerfin, con 0,3 hectáreas. Además, Maersk planea instalar una planta de metanol verde en la dársena. Una vez listas, lo que quedará libre es una superficie de 6,2 hectáreas, de las que hay que descontar una parte importante por los viales y la afectación de los aerogeneradores

Una vez estas compañías se instalen en el Puerto Exterior, comentan fuentes de la Autoridad Portuaria, será necesario crear una nueva línea de muelle como la ya existente de 1.560 metros, ya que habrá que dar salida directa al mar a las piezas de eólica marina. “Si se compete todo este espacio y Repsol concreta la ampliación, quedan solo pequeñas parcelas”. Todo ello, añaden desde el organismo portuario, “certifica el éxito”.

El desarrollo de la red ferroviaria aumentó el interés de muchas compañías por instalarse en Langosteira. Se trata de un proyecto estratégico para el futuro de la dársena y se prevé que la red interior esté operativa en verano de 2026, cuando también estará concluida la obra del enlace ferroviario con la red general y que avanza según el calendario previsto.