Durante la mañana de ayer, resultaba algo más difícil lo previsible encontrarse a coruñeses en el corazón de la ciudad herculina. Si uno se daba un garbeo por la plaza de María Pita o por la Marina, los turistas llenaban la zona de vida. “Tal y como nosotros hemos venido aquí, la gente de A Coruña se ha ido a otros sitios”, explica al respecto Ignacio, un madrileño que ha venido con su familia a pasar aquí estos días de asueto. Su hermano, José, coincide: “Nos sorprende que no haya más gente, pero si, debe de ser por eso”. Y Montse, que forma parte también de la familia, zanja el tema: “Mucho mejor, así estamos tranquilos, sin aglomeraciones”.
En lo que toda esta familia madrileña coincide es en que han acertado con el lugar. “Nos gusta todo, y lo que más, el pulpo”, dice Montse entre risas. “Y también la hemos elegido porque queríamos venir a la ciudad del Dépor. Menuda leyenda de equipo”, añade José, el futbolero del grupo.
Y es que son muchas las personas que, por diferentes motivos, han elegido A Coruña para pasar las vacaciones. Jonathan es otro ejemplo. En su caso, ha venido desde Bilbao con un grupo de ocho amigos y, aunque se han instalado en una casa rural en las afueras, el centro de A Coruña era una visita obligada. “Es una ciudad preciosa. No la conocíamos y se ve muy rápido que es un lugar mágico, con mucho encanto”, explica.
Cerca de la pandilla de Jonathan y sus amigos, aparece un grupo de tres amigos. Aunque son de Ucrania, llevan meses viviendo en Madrid, desde antes de que empezara la guerra, y llegan a A Coruña de turismo desde la capital. Dimitry es el más hablador de los tres, y ejerce de portavoz mientras Natalia y Andrés le escuchan. “Intentamos aprovechar nuestra estancia en España para conocer todos los lugares que podamos. Ya habíamos ido a Asturias, y ahora queríamos venir aquí. Acabamos de llegar, y tenemos muchas ganas de ir a ver la Torre de Hércules y las playas”, explica en perfecto castellano.
Y desde Alemania llegan Eric y Jacqueline, una pareja que tiene sus motivos para venir a la ciudad muy claros. “Porque es muy bonita… y mucho más barata que Alemania”, dicen ambos, mapa en mano. “Lo estamos pasando muy bien, la verdad es que no conocíamos casi nada ni teníamos referencias, pero nos sentimos como en casa”, comenta Eric, al que no le falta razón. Porque en A Coruña, nadie es forastero.