No se trata de buscar las joyas arquitectónicas más antiguas, ni siquiera las más premiadas o representativas de un estilo particular. Se trata de los colosos, de las diez construcciones más altas de la ciudad.

A Coruña siempre ha sido una ciudad con una vinculación a las edificaciones de gran esplendor. No hay más que ver su símbolo, la Torre de Hércules. Aunque esta edificación sirvió para conmemorar la victoria contra el gigante Gerión, también era un lugar donde vigilar, dominar el paisaje y observar lo lejano.

Tal y como se apunta en el catálogo de la exposición ‘Las torres coruñesas: Construcción vertical de la ciudad en el siglo XX’, la altitud de la Torre era clave para alcanzar la visión de las tierras irlandesas. “Elevarse para destacar y para dominar son aspectos presentes en las leyendas de la Torre, pero también en mecanismos propios de la arquitectura, desde los orígenes hasta la contemporaneidad.

Igual por esto es por lo que hoy la ciudad herculina tiene el ‘skyline’ más alto de toda Galicia. Las torres Hercón, Trébol, Galicia, Dorada, Efisa, Golpe, Esmeralda, Coruña, el edificio Torres y Sáez o el Hotel Riazor, son los titanes que lo conforman.

Las torres del siglo XX  

Con motivo de la Semana de la Arquitectura 2024, centrada en las edificaciones verticales, se realizó un estudio de las grandes torres coruñesas del siglo pasado. Antonio S. Río, uno de los arquitectos coruñeses encargados de la exposición, asegura que “llegamos a identificar en lo que es A Coruña ciudad, prácticamente una centena de torres del siglo XX”.

Así lo expone, junto a Raquel Álvarez y Nacho Laya, en el Juego de Torres, una baraja única que rinde homenaje a 40 de las torres más icónicas del siglo XX en la ciudad. En el juego, gana el que, tras la elección de una de las características de cada torre, tenga el valor más alto. Y de altura va esto.

El coloso de la ciudad es, sin dudas, la Torre Hercón. Con casi 120 metros de altura, la edificación situada en la céntrica calle Costa Rica fue construida en la década de los setenta, concretamente entre 1971 y 1974 (el jueves se cumplirá medio siglo de la colocación del ramo). El arquitecto de la que hoy es la decimonovena edificación más grande del país, José Antonio Franco Taboada, ideó un proyecto que consta de 31 plantas y tres sótanos.

De cerca le sigue la Torre Trébol, levantada por Carlos Meijide Calvo un año después que la Hercón, en la calle cabo Santiago Gómez. Con 90 metros de altura, es una de las insignias de la ciudad coruñesa. El podio lo completa la Torre Galicia, también edificada en la década de los setenta, apogeo de la construcción en la ciudad. Los 80 metros de alto dejan huella en una de las primeras obras de Manuel Gallego Jorreto.

Con una diferencia de solo tres metros, las torres Dorada, Efisa y Golpe, además del edificio Torres y Sáez, brindan el refuerzo a los tres colosos en el ‘skyline’ coruñés. De hecho, dos de ellas fueron construidas por el famoso arquitecto, Santiago Rey Pedreira, que puso la firma en alguna más de este ranking.

Se trata de la Torre Golpe y el edificio Torres y Sáez, que nacidos en 1955 y 1974, respectivamente, son otra de las huellas de la arquitectura vertical en el centro coruñés. Las torres Esmeralda y Coruña y el hotel Riazor, son las últimas tres que componen este ranking en altura.

De cerca, se encuentran construcciones como la Torre Siso de la avenida Rubine, de 64 metros de altura, o algunas edificaciones de conocidos barrios de la ciudad. Las Torres de San Diego, de Elviña (2ª Fase), o las más recientes en el moderno barrio de Los Rosales, son algunas joyas en altura de la ciudad herculina.

La arquitectura coruñesa siempre ha sido objeto de alabanza, aunque desde la creación de la famosa baraja del Juego de Torres, los herculinos pueden “conocer más de cerca” la historia de las edificaciones más famosas. Lo que está claro es que esta iniciativa dejó el listón muy alto. De hecho, el concejal de Urbanismo, Rehabilitación y Vivienda, Francisco Díaz Gallego, comentó en sus redes sociales que la iniciativa de la baraja “es una ideaza maravillosa que nos pone muy difícil la Semana de la Arquitectura de 2025”.