Cuando el pasado mes de febrero una señal de 50 empezó a marcar la nueva velocidad máxima en la avenida de García Sabell muchos vecinos del Recinto Ferial miraron hacia Vanessa Rey y Lucía Fernández, dos mujeres que desde su teléfono móvil, y a través casi siempre del sentido del humor, han conseguido cambiarle notablemente la cara al barrio. Nadie ha insistido más que ellas en la peligrosidad de la vía, al igual que nadie antes había hecho llegar al Ayuntamiento peticiones tan sorprendentes como papeleras, un barrendero o simplemente una zona de juegos infantiles. Ahora todo eso forma parte del currículum de una asociación que, en apenas dos años, puede decirse que ha hecho mejor la vida de los residentes. “Las cosas avanzan. No al ritmo deseado, pero al menos hemos empezado a coger forma de barrio de verdad”, dice Lucía, vicepresidenta. “Pasamos de estar olvidados a que sepan que formamos parte del distrito 7”, añade.

La reducción de velocidad en García Sabell (de 80 a 50) ha sido una de sus últimas grandes victorias

Sobre su última pequeña gran victoria, la de las limitaciones de velocidad, dice: “El barrio está con señales de zona 30 junto a lo que era un 80. Es un sinsentido. Cansaba oír accidentes desde casa y llamar al 112, así como pedir farolas y barandillas por culpa de esos golpes”. Eso del trabajo desde casa tiene mucha más intrahistoria de lo que pueda pensar alguien que no esté familiarizado con el trabajo de las dos precursoras. Puede que en el centro y la Zona de Bajas Emisiones tengan las cámaras de los Fondos Next Generation. Por Someso, Espacio Coruña y el Coliseum se las apañan con las de los smartphones y alguna que otra virguería informática. Con esa infraestructura han hecho vídeos, fotos y contenido viral que ha servido para el principal cometido con el que encaran su tercer año de existencia: dar que hablar y que les hagan caso. A fin de cuentas, ese es el principal cometido de cualquier asociación vecinal. El tema es el cómo.